José Ureña

La idea es magnífica.

Algo así como 1.5 millones de maestros de enseñanza básica han sido involucrados en la promoción de la transparencia.

Un asunto toral para el país, con, sin o para discurso de la 4T.

A ese empeño se ha sumado, por supuesto, el SNTE de Alfonso Cepeda.

Por ello todos los maestros deben inscribirse a un curso donde son capacitados para informarse de cómo debe difundirse la información gubernamental.

Dato fundamental cuando está bajo acoso el Inai.

Notoria fue la lucha del ex presidente del Instituto, Francisco Javier Acuña, para evitar su desaparición o debilitamiento en el primer año del actual régimen.

Como notoria debe ser la lucha de Blanca Lilia Ibarra por mantenerlo como uno de los organismos contrapeso del Poder Ejecutivo y de las decisiones unipersonales.

Un reto nacional.

DERECHOS RESERVADOS

A los maestros les sorprende.

Primero fueron obligados a presentar una declaración patrimonial, la cual deberá ser ampliada, detallada y ratificada en las próximas semanas.

No debe ser un problema mayor, puesto que no manejan recursos y no podrían entrar a actos de corrupción salvo el robo de algún pizarrón, un gis o algo del salón de la escuela.

Pero en el discurso de la honestidad.

Es como pedirles un reporte de propiedades, ingresos y modo de vida a los carteros, como si distribuyeran sobres llenos de dinero del erario.

Hasta ahora no se han reportado problemas porque todos los maestros y administrativos de la educación pública cumplieron con esta obligación.

El dato es nuevo: transparencia.

A todos ellos se les ha repartido la síntesis de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

Ahí se habla de rendición de cuentas, de datos digitales de carácter público, cómo pueden ser usados, reutilizados o redistribuidos por cualquier interesado.

Pero también se habla de la información reservada -artículos 113 y 116 de la citada ley- para no proporcionarla a los solicitantes:

Seguridad nacional, política monetaria, si se pone en riesgo la vida o la seguridad de  un servidor público o algo así.

Es, digámoslo en términos simples, la idea de las cuentas claras sobre las que navegará la sociedad mexicana del futuro.

RECONOCIMIENTOS A TV

1.- El equipo de Esteban Moctezuma dejó sobre la mesa una propuesta:

Hacer un reconocimiento público a las televisoras, públicas y privadas, porque han respondido al reto de difundir la educación de la enseñanza básica.

En la lista destaca Televisa, de Emilio Azcárraga, por las plataformas aportadas para proyectar clases, pero sobre todo para impulsar la investigación.

En su base de datos están más de cuatro mil programas, al menos unos 90 guiones y detrás de cámaras más de 400 maestros.

Por cierto, entre estos figuran lamentablemente víctimas de Covid.

Y 2.- No pierda de vista el nombre de Agustín Caso Raphael.

Es el auditor encargado de investigar y reportar los daños causados al país por la suspensión del NAIM.

Fue suspendido por la descalificación presidencial.

Pero el dato es escueto: él revisaba el desempeño de funcionarios, no los recursos manejados por las dependencias.

Pronto podrían saltar las cuentas y saber si David Colmenares puso un chivo expiatorio o alguien que manejó mal una investigación.

 

AR

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