Peluches, ropa e incluso accesorios elaborados con la técnica del ganchillo o crochet se pusieron de moda en redes sociales durante la pandemia, ya sea cómo una forma de obtener ingresos sin salir de casa o cómo regalos para esa persona especial, pero muy pocos conocen su verdadero significado.

Según la tradición nipona, cada figura posee su propia alma y vela por el bienestar de su dueño por lo que muchos lo usan como amuleto. Los amigurumis, como popularmente se conoce a estas figuras, dan protección y apoyo a aquellos que los poseen, ya que simbolizan a un amigo que cuida de ti.

El crochet o tejido de gancho, es una técnica para tejer prendas con hilo como lana, alpaca o seda que utiliza una aguja corta y específica, “el ganchillo” o “aguja de crochet” de metal, plástico, madera y materiales sintéticos.

“Se necesitan varios ganchos, estambre de colores, tijeras, relleno, dependiendo el amigurumi que vas a hacer y el tamaño … y mucha atención a lo que estás haciendo por que como te digo si se te pasa un punto o pones de más ya no te sale”, comentó Lulú Galicia, educadora de preescolar de 40 años, quien empezó a vender estas figuras a través de Instagram, después de darse cuenta que sus diseños le gustaban a las personas y le pedían que les hiciera uno.

El crochet evolucionó a partir de las prácticas tradicionales en Arabia, Sudamérica o China, los Amigurumi vienen de dos términos japoneses: ami, que significa tejido; y nuigurumi, o muñeco de peluche. Suelen ser animales o criaturas fantásticas “kawaii”, es decir tiernas, su popularidad creció en Occidente gracias a sitios como Pinterest y Facebook, pueden comprarse ya hechos o hacerlos uno mismo.

“Yo empecé a tejer cuando tenía 5 años, como mis hermanos iban a la escuela, mi mamá aprovechó para enseñarme en el tiempo que estábamos juntas… El amigurumi lo comencé a la edad de 16 pero hasta los 19 años comencé a venderlos, porque fue cuando sentí que mi trabajo ya estaba bien realizado”, contó Paola Gómez, estudiante de 22 años quien también vende por medio de Instagram amigurumis.

Pero si bien las figuras son muy aclamadas por los compradores quienes suelen usarlas como regalo, no siempre se tiene un buen ingreso de este trabajo, debido a que las personas consideran los precios excesivos.

“El trabajo de una artesana es mal pagado, la gente no quiere pagar el precio porque dicen que está muy caro, pero el trabajo de alguien que teje es complicado son horas de estar sentada, en las que el dolor de espalda parece aniquilarte, tu vista se cansa y tus manos se entumecen. El tiempo y el material son importantes a la hora de cotizar un amigurumi”, comentó Paola.

“El precio lo pones tú ya que si quieres ganar mucho tardas en venderlos y si le ganas poco se venden más rápido, yo en lo personal prefiero ganarle poco para que no se me queden y así vendo más rápido”, afirmó Lulú, vendedora de amigurumis en su instagram @crochet_lulis.

Como una forma de pasar el tiempo o como una forma de apoyar a tu económica, este tipo de figuras resultan ser de mucha utilidad.

 

PL