Foto: AFP El documento provocó la ira de Riad, que "rechazó totalmente las conclusiones falsas y perjudiciales" del informe  

Estados Unidos decidió no sancionar al príncipe heredero de Arabia Saudita, a quien acusan de haber aprobado el asesinato de un periodista, una medida que genera frustración entre los activistas y muestra que Washington no quiere romper con un aliado clave.

El viernes, Washington publicó muy tardíamente un informe de inteligencia en el que acusa al príncipe heredero Mohamed bin Salmán de aprobar el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018 en Estambul.

El documento provocó la ira de Riad, que “rechazó totalmente las conclusiones falsas y perjudiciales” del informe.

Las críticas públicas al príncipe y una serie de sanciones de Estados Unidos a decenas de funcionarios sauditas marcan un cambio radical en la política del expresidente Donald Trump, quien buscó proteger al gobernante de facto de Arabia Saudita.

Sin embargo, la nueva administración de Washington no ha impuesto sanciones directas al príncipe Mohamed, conocido por sus iniciales MBS. De ahí que Antony Blinken, secretario de Estado, haya explicado que Biden quiere “recalibrar” pero no “romper” sus relaciones con Riad, un socio de larga data en Oriente Medio.

Arabia Saudita “rechaza totalmente” informe de EU sobre periodista asesinado

“Este no es el golpe saudita que muchos esperaban”, dijo Varsha Koduvayur, analista de la Fundación para la defensa de las democracias, un centro de estudios conservador de Washington.

Las conclusiones del documento señalan “la postura de Biden frente a Arabia Saudita: poner los valores en el corazón de la política exterior de Estados Unidos, enfatizar los derechos humanos y revertir el enfoque transaccional de los últimos cuatro años [bajo Trump], mientras se preserva la relación”, agregó la analista.

Solicitan sanciones

Para la ONG estadounidense Freedom House, es “decepcionante y frustrante que Estados Unidos todavía no esté dispuesto a actuar sobre la base de su propia inteligencia” ni a imponer sanciones al príncipe saudita.

“No esperamos nada más que justicia para Jamal Khashoggi y todos los valientes disidentes de Arabia Saudita”, indicó la Fundación de Derechos Humanos, con sede en Nueva York, que produjo “El Disidente”, un documental aclamado por la crítica acerca del asesinato del periodista.

“Estados Unidos y la Unión Europea deben imponer urgente y directamente sanciones a MBS”, subrayó la fundación.

El informe de inteligencia, que había sido retenido tras ser completado bajo la administración Trump, afirma que era “muy poco probable” que el asesinato de Khashoggi hubiera tenido lugar sin su luz verde.

El asesinato de Khashoggi, quien se desempeñaba como columnista del Washington Post y mantenía una postura crítica con el príncipe Mohamed, también encaja con el “apoyo del príncipe heredero al uso de medidas violentas para silenciar a los disidentes en el extranjero”, agrega el informe, desestimado por los observadores sauditas.

Preservando lazos

Joe Biden se había comprometido durante su campaña a convertir en un Estado “paria” al reino conservador, tratado con indulgencia durante la administración Trump, pero los observadores dicen que, en cambio, está adoptando un camino intermedio.

Mientras examina la aplicación de los derechos humanos, se espera que su nueva administración trabaje para preservar una valiosa colaboración de seguridad, al tiempo que prepara un posible diálogo nuclear con Teherán, el archienemigo de Riad.

Además, con Arabia Saudita, principal productor de crudo, Biden también deberá tratar algunos temas delicados relacionados con la energía, la lucha contra el terrorismo y el conflicto en Yemen, donde Riad está muy involucrado.

“El equipo de política exterior de Biden está conformado por expertos que no son tan ingenuos como para pensar que pueden lograr sus objetivos en el Medio Oriente sin tener que lidiar con un Estado saudita” importante para Estados Unidos, tanto por el petróleo como por la seguridad en el Golfo, señaló Kristin Diwan, del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington.

“Por eso excluyeron a Mohammed bin Salmán de las sanciones, preservando así el margen de maniobra necesario para tratar con el estado saudí y sus líderes”, añadió la analista.

EU publicará un informe sobre el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi

Aún así, Washington anunció el viernes la “Ley Khashoggi”, que prohibirá la entrada a Estados Unidos de extranjeros que amenacen a los disidentes y que inscribió a 76 saudíes en la lista negra, podría servir como un fuerte disuasivo.

Declaraciones oficiales recientes de Washington habían llamado a Arabia Saudita un “socio de seguridad”, a diferencia de lo que la administración Trump destacó como un “aliado”.

No obstante, “Washington se da cuenta de que MBS podría gobernar Arabia Saudita durante el próximo medio siglo, por lo que no puede permitirse enemistarse por completo”, con él dijo a la AFP un diplomático occidental. “Pero también deja claro que ya no le dará carta blanca”, concluyó.

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EAM