El drama de las princesas de Dubái no acaba, el final feliz de la historia que parece de cuento de hadas, pero cuyas implicaciones podrían ser criminales, aún se ve lejano.

La princesa Latifa, quien se dice rehén de su propio padre -el emir de Dubái-, pidió a la Policía británica que retome la investigación del secuestro de su hermana mayor en Cambridge, en el año 2000, según una carta (manuscrita, para mayor tensión) divulgada ayer por la cadena BBC.

“Todo lo que pido es que por favor presten atención a su caso porque podría ayudarle a recuperar la libertad”, escribe Latifa en la misiva, entregada el miércoles a las autoridades por amigos de la princesa, de 35 años de edad.

Ella subió un video hace unos días donde confesó que su padre, el también jeque Mohamed bin Rashed al Maktum, la mantenía cautiva en una mansión, luego que en 2018 intentara huir del país oriental y fuera atrapada por enviados del gobernante.

Su hermana mayor, la princesa Shamsa, que ahora tiene 39 años, también había intentado huir de su padre, de 71 años, con el cargo de primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos, en agosto del año 2000, cuando se encontraba en Inglaterra.

Según su hermana menor, Shamsa fue hallada dos años después de su huida, “drogada”, devuelta a Dubái en un jet privado y “encerrada”. No se la ha vuelto a ver desde entonces.

LEG