“Al ver como a mi niño de 13 años lo trasladaban en una cápsula de aislamiento para pacientes con coronavirus, y sabiendo que padece linfoma linfoblástico, traté de no llorar para darle fuerzas. Me despedí de él y le expliqué que se quedaría solo por unos días”, relata Elizabeth Torres madre de Gabriel Alejandro, a quien de cariño le llama Gabo.

Fue a mediados de diciembre cuando, luego de presentar picos de temperatura de 39.5 grados, su pequeño fue internado en el Hospital infantil de México Federico Gómez.

“Le hicieron estudios, ya no tenía calentura, pero por el hecho de los dos picos de fiebre los médicos decidieron internarlo en la zona de pacientes sospechosos… Los resultados dieron positivo a Covid, fue asintomático y lo tuvieron que mover de la zona amarilla encapsulado a la roja”.

La madre de Gabo narra a 24 HORAS que los médicos temían que se pusiera muy mal debido a su condición médica, pero milagrosamente salió adelante.

La primera noche se la pasó sin dormir pensando en su hijo, pues “tenía mucha angustia de que se fuera a complicar; al día siguiente llegué al hospital y me dijeron que estaba bien, viendo la televisión. Le dieron de desayunar y finalmente lo dieron de alta, pero la indicación fue que teníamos que tenerlo aislado”.

Para Elizabeth fue muy difícil adaptarse porque donde viven son sólo dos recamaras: en una duermen Gabriel, su hermano Rafael, de 9 años de edad, y ella, mientras que en la otra habitación pernoctan los abuelos. Por esta situación, decidió dormir en la sala junto con su otro niño para no incomodar a sus padres, ya que la abuela sufrió un derrame cerebral.

El 18 de diciembre, días antes de que le diera Covid a Gabo, llevó a su pequeño al Federico Gómez, como debe hacerlo frecuentemente, para que recibiera una de sus quimioterapias en la medula.

“Él tuvo procedimiento en la medula una quimio intratecal. Entró al quirófano y les ponen una inyección bajo anestesia y provoca reacciones… en esa semana mi madre se puso mal, entonces estaba al pendiente de los dos en diferentes nosocomios”.

Fue una época complicada y detalló que una vez que le entregaron a su niño y a su mamá estuvieron encerrados. El 24 de diciembre su hijo se la pasó en su cuarto, así como el 31 y el día de Reyes Magos.

“Lo más complicado para mí fueron los regalos, porque los Reyes no tenían dinero, estaban muy gastados; acudí a fundaciones y al principio no tuve suerte, pero Dios provee y a mi hijo le dieron un celular y otro juguete, la fundación de Oaxaca Efecto Mariposa mandó por parte de los Reyes una pistola con destellos de luz led, que era lo que tanto deseaba”.

FRASE
“Tomé muchas medidas sanitarias y así estuvo desde mediados de diciembre hasta el 15 de enero, posteriormente retomó sus tratamientos de cáncer… pero pasamos por problemas económicos porque no tengo un ingreso fijo y vendo bisutería, poco a poco vamos saliendo de esto”.
Elizabeth, madre de Gabo

LEG