Le pregunté a Francisco Cachafeiro presidente de MPI México Chapter la asociación de la industria de reuniones más grande de América Latina ¿Será la industria de reuniones de las últimas en recuperarse de los estragos económicos de la pandemia? Sí, prácticamente nos vamos a tardar nueve años en recuperar la facturación que traíamos hace dos años en 2017, me contestó el directivo. De ese tamaño es el boquete económico de la industria de reuniones en México.

Y añadió, “En realidad lo que nosotros estamos buscando es que el gobierno nos ayude a reactivar y poder abrir un poquito la industria de reuniones, nosotros no tenemos registros de que la industria de reuniones realmente sea un foco de contagios por todos los protocolos que se siguen, realmente los contagios se dan en fiestas particulares y eventos familiares, creemos que nuestros eventos con las medidas adecuadas los podemos llevar sin ningún problema” afirmó Cachafeiro.

Unos días después de esta declaración al parecer a la secretaría de turismo federal a cargo de Miguel Torruco Marqués les resonó este mensaje y ya se subieron a la “reactivación del MICE de nuestro país” este rubro del turismo que representa poco más del 1.7 del PIB del país y una derrama anual dicho por la misma dependencia de 35 mil millones de dólares además de la generación de novecientos mil empleos.

Sin embargo ha sido el mismo Francisco Chachafeiro quién ha venido dejando claro que de esos 900 mil empleos el año pasado ya se perdieron el 50% y ha enfatizado que si no se reactiva pronto la industria en este 2021 se va a perder otro 30% adicional.

O sea que de 900 mil empleos que había en 2019, 2020 se llevó 450 mil pero con el peligro de que si baja otro 30% solamente queden 180 mil, una escalofriante pérdida del 80% de los empleos que generaba esta industria antes de la pandemia.

“Sabemos que el secretario de turismo que tenemos el día de hoy, aunque es una persona sumamente capacitada pues no ha podido hacer nada, porque sigue una línea de arriba en la cual la reactivación de la industria de reuniones no es prioridad” afirmó Cachafeiro.

Enseguida la sectur instaló lo que denominó una mesa de trabajo en la que incluyó a representantes de Cámaras y Asociaciones, gobiernos estatales, Oficinas de Visitantes y Convenciones, de la Secretaría de Salud y la propia Secretaría de Turismo, con miras a elaborar el Programa de Reactivación Gradual Turístico-Sanitario de la Industria de Reuniones.

Tuvieron que pasar varios ensayos de eventos híbridos que la industria MICE elaboró, como la Expo CREA (cuídate, reactívate y avanza) en Cintermex Monterrey en septiembre pasado organizada por AMPROFEC capítulo norte, para mostrar los protocolos sanitarios incluyendo arcos de sanitización y toda la disposición de la cadena de valor del segmento para reducir el riesgo de contagio en eventos en plena pandemia, en ese entonces no hubo el mayor eco en la sectur federal y de eso ya pasaron seis meses.

La mesa de trabajo finalmente llegó, luego de casi un año de que los empresarios de turismo de reuniones venían clamando por ayuda, exactamente a 11 meses de que literal se les cayó el negocio, el mismo Jaime Salazar Figueroa presidente el COMIR incluso llegó a entonces a declarar respecto al gobierno “si no me ayudas no me estorbes” en referencia directa a que el gobierno federal no hacía prácticamente nada.

En fin, alguna vez lo dijimos en este espacio que la sectur llega tarde prácticamente a todo, reacciona en vez de accionar de primera instancia y hoy ya se sumó a la reactivación del sector de turismo de reuniones once meses después.

Pero más vale tarde que nunca y ojalá no sea como todas las “ayudas” que ha promovido la dependencia que son más saliva que nada, no son auténticas ayudas algunas solo son declaraciones triunfalistas que hasta el momento no han ayudado mucho a buena parte de la postrada industria turística de México incluyendo al turismo de reuniones.

Ya que abrió este nuevo frente, la dependencia tiene dos misiones titánicas, hacer políticas públicas que coadyuven a recuperar 720 mil empleos que pudieran perderse y dos, tratar que la industria de reuniones no se demore en recuperar su facturación 9 años hasta el 2030.

Creo que los empresarios ya le agarraron la palabra a la sectur para que ponga manos a la obra, el balón finalmente ya está en la cancha de Masaryk a ver cuál de los dos objetivos logra primero.

LEG