Una vez que el escándalo se detonó y traspasó las fronteras de Argentina, los implicados ya no se quieren hacer responsables ni de sus acciones. Y es que la “vacunación VIP” contra el virus SARS-CoV-2 que benefició a los altos funcionarios ligados a la política del kirchnerismo, cuya más directa representante hoy en día es la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, también expresidenta de 2007 a 2015, ya cimbra la tranquilidad del gobierno de Alberto Fernández, hoy de gira por México en pleno alboroto ético.

“Apenas se destaparon las vacunas de privilegio en el Ministerio de Salud, Máximo Kirchner (diputado, hijo de Cristina y el principal líder, Néstor) le encomendó al viceministro de salud de Buenos Aires, Nicolás Kreplak -un funcionario de sus filas-, que se quedara trabajando en la provincia, escenografía principal en la que actúa el kirchnerismo”, relató la periodista Maia Jastreblansky a La Nación, describiendo cómo el oficialismo trastabillaba entre la intención de que bajara la marea y pasar a la ofensiva.

El expresidente Eduardo Duhalde, también beneficiado por la inoculación con la vacuna rusa Sputnik V, afirmó al mismo rotativo que “es el Gobierno el que debe aclarar la situación”… y calló.

El exmandatario apareció en una lista -divulgada por la Casa Rosada-, de 70 beneficiados con dosis por fuera del protocolo previsto. Con él se inyectaron su esposa, sus hijas y su secretario.

Ayer, desde México, donde se encuentra de gira con su homólogo Andrés Manuel López Obrador, el presidente Fernández reaccionó más enérgico a los cuestionamientos: “Se van a tener que ir los que se tengan que ir, porque nunca promoví ni avalé nada de eso (…) entre los vacunados había personas que estratégicamente debían vacunarse. Me tuve que poner la vacuna porque hubo una campaña para decirle a los argentinos que la vacuna Sputnik era veneno”.

El escándalo se originó el viernes pasado, tras un comentario casual en la radio del periodista Horacio Verbitsky, quien contó que se vacunó gracias a su amistad con el ahora exministro de Salud, Ginés González García, posteriormente despedido.

En Perú sigue el recuento

La vecina República del Perú también vive su “vacunagate”. La semana pasada se supo de dosis contra el Covid-19 del laboratorio chino Sinopharm aplicadas al expresidente Martín Vizcarra y 470 personas más (antes del plan de vacunación oficial), entre los que figuran altos funcionarios, empresarios, personajes religiosos y familiares de los señalados.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS

FRASE

“No nos dejemos amedrentar. Cuidemos la gestión de la pandemia y mostremos todo lo que se está haciendo con el plan de vacunación en la provincia”
Máximo Kirchner
Diputado, hijo de Néstor y Cristina

“Terminemos con la payasada: no hay ningún tipo penal en Argentina que diga ‘será castigado el que vacuna a otro que se adelantó en la fila’ (…) Se vacunó a 70 personas de manera irregular, concepto que se debe revisar”
Alberto Fernández
Presidente de Argentina

“Yo no gestioné nada, el que tiene que dar explicaciones es el Gobierno”
Eduardo Duhalde
Expresidente de Argentina

“Vamos a seguir agregando controles, vamos a vacunar a todo el sistema de salud… Alguno pudo haber mentido y se pudo haber acomodado. Está mal, es reprochable y hay que condenarlo. Tengo la tranquilidad de que en la provincia de Buenos Aires vacunamos 360 mil personas en tiempo récord”
Axel Kicillof
Gobernador de la provincia de Buenos Aires

CIFRAS

2, 069, 751
contagios históricos en Argentina

51, 359
decesos acumulados en ese país

70
funcionarios se ‘saltaron la fila’

LEG