Héctor Zagal

 Por: Dr. Héctor Zagal.
Profesor investigador
Facultad de Filosofía
Universidad Panamericana. SNI III

El 24 de febrero se celebra el Día de la bandera de México. Parece que la fecha fue establecida desde 1934, pero fue hasta 1940 que el entonces presidente Lázaro Cárdenas la reconoció de manera oficial. La historia de nuestra actual bandera nacional inicia con el movimiento de Independencia. La primera bandera tricolor (verde, blanco y rojo) surgió en 1812 y fue usada por tropas insurgentes al mando de Nicolás Bravo. Esta bandera fue popular en las zonas montañosas de Veracruz y Puebla. El color verde representaba los campos; el blanco simbolizaba la defensa de la religión, la justicia y la unión; y el rojo, el sacrificio. Durante el gobierno del emperador Agustín de Iturbide, la bandera nacional estaba conformada por tres franjas verticales de los colores ya mencionados, y mostraba a un águila posada sobre un nopal con las alas extendidas y una corona. La corona sería retirada después y se le añadiría una serpiente siendo devorada por el águila.

Nuestro escudo nacional es una imagen mítica, presente en el imaginario colectivo de los mexicas desde antes de la llegada de los españoles. La serpiente sobre un nopal refiere al mito de la peregrinación del pueblo mexica hacia la tierra prometida por Huitzilopochtli. En lo personal, considero que este escudo es bello e interesante no sólo por la historia detrás del símbolo, sino porque es el único escudo oficial donde está presente una fruta: la tuna.

¿Qué es una bandera? ¿Un trozo de tela cualquiera? No parece ser tan simple. Es cierto que las banderas están hechas de tela, y no necesariamente de una tela especialmente cara o rara, pero son más que eso. ¿Por qué? ¿Qué tienen de especiales? Podríamos contestar que las banderas funcionan como símbolos, es decir, como la representación de un concepto, de un ideal, o hasta de un sentimiento. La bandera de México representa a la nación mexicana. Sus colores evocan ciertos ideales, el escudo recuerda la historia de los pueblos originarios, sus cambios en el tiempo nos hablan de las transformaciones políticas. El resultado es un conjunto de colores e imágenes que refieren al pueblo y a las instituciones de México.

Una bandera es una representación sensible, material, de algo intangible: la unión de una comunidad. ¿Qué une a México? Pregunta compleja y, por su fuera poco, difícil de contestar. El espíritu de un pueblo no es un fenómeno inmóvil al que uno pueda acercarse a diseccionar. Los habitantes de México compartimos algo que nos une, sin que esa unión, ojo, sea equivalente a una coincidencia ideológica. Entonces, ¿dónde está la unión? La respuesta técnica podría ser el marco de legalidad. Yo me aventuro a pensar que la unión está en la preocupación por nuestro país y el rumbo que toma, así como en contento que puede procurarnos ganar un partido de fútbol en el extranjero.

O podría ser algo más cotidiano, como la cortesía con nuestros vecinos, respetar los semáforos, la solidaridad del uso del cubrebocas.

Sapere aude! ¡Atrévete a saber!                                                    

@hzagal

Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana