“Lo que más me ha impactado por el Covid-19 es la epidemia de la soledad… A diario somos testigos de la separación de familias, del despido de papás, mamás, hijos, esa parte es la más complicada… Muchos pacientes van en condiciones muy críticas y conscientes de que es una enfermedad que puede resultar con altos índices de mortalidad, creo que esa es la parte que más nos ha impactado como paramédicos”, narra el comisario Guido Sánchez Coello, director general del Escuadron de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM).

Con la voz triste, cansada luego de un año de que comenzó la pandemia en la capital del país, destaca que “entrando al área de urgencias, ya no puede ningún pariente acompañar al enfermo, es una soledad a pesar de que algunos están en contacto vía telefónica”.

En una entrevista con 24 HORAS, el comisario Sánchez ,quien el domingo pasado recibió por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la CDMX una presea, señala que su reconocimiento abarca a más de 800 uniformados, paramédicos y civiles que conforman el equipo del ERUM.

“El reconocimiento es para todos estos valientes hombres y mujeres que salen a arriesgarse de manera incansable; han trabajado día y noche atendiendo todas las llamadas que la población hace en busca de ayuda”.

Los paramédicos estaban acostumbrados a atender accidentes, donde siempre hay personas curiosas observando la labor; ahora la gente se guarda en sus casas por el temor a los contagios de coronavirus.

“Por lo general van en condición crítica y requieren hospitalización y van con una saturación muy baja de oxígeno…

En diciembre y enero llegamos a realizar más de 30. En algunos casos alcanzamos hasta los cien traslados (al día) solamente por coronavirus”.

Cada día es una nueva batalla, para la cual el personal debe estar preparado física y mentalmente, así como con el equipo adecuado: en cada turno reciben las unidades, revisan que estén equipadas con suficiente dotación de oxígeno, equipo de protección personal y esperan la inevitable llamada de emergencia por coronavirus.

“En todos los casos va involucrado un proceso muy estricto de operación y descontaminación tanto del personal como de las propias unidades… es atender a un paciente, tomar la decisión de traslado… de ahí empieza un proceso con el centro regulador de la Secretaría de Salud para que nos asignen un hospital Covid”.

Abunda que esto contempla el desplazamiento de una ambulancia equipada con cápsula de transporte para pacientes infectocontagiosos; los paramédicos deben portar los overoles Tyvek, mascarilla, careta y guantes. Posteriormente se traslada al enfermo y se ingresa a la zona Covid para entregarlo a urgencias.

Una vez que concluye la labor, se retiran los trajes con mucho cuidado, pues están contaminados con una fuerte carga viral, se sanitizan las cápsulas de transporte y los vehículos… y esperan el siguiente llamado, que no tardará en llegar.

FRASE
“Tengo dos hijos de 20 y 18 años. Mi esposa todos los días se preocupa de que no nos contagiemos. Uno de mis hijos está siguiendo mis pasos, el de 18 años. Leonardo quiere ser paramédico”
Guido Sánchez Coello, director general del ERUM

Frente a la batalla. Guido Sánchez Coello es uno de los 830 paramédicos adscritos al ERUM.

LEG