José Ureña

Se unieron para oponerse al partido de Estado.

Para vencerlo.

Eso nos dijeron.

Pero ha resultado lo contrario.

Son los mismos ambiciosos de siempre en el impúdico reparto de candidaturas por cuotas.

Resultado: han favorecido al presidencialista Morena en gran parte del territorio.

Son conocidos casos paradigmáticos:

La adquisición de Clara Luz Flores en Nuevo León, adelantada aquí en febrero del año pasado cuando todavía era priista.

A ella se sumó Mónica Rangel en San Luis Potosí, también priista hasta hace unas semanas.

Luego las siguió Xavier Nava cuando esa alianza, vía el PAN, lo marginó en la lucha por la candidatura azul, amarilla y tricolor.

¿Se hizo algo por retenerlos cuando eran seducidos desde Palacio Nacional para reforzar al partido del Gobierno?

Nada.

Ni siquiera se les ofreció negociar.

Tampoco se acercaron a políticos con capital como Armando Cabada en Ciudad Juárez, invitado para diputado plurinominal desde la sede del Poder Ejecutivo.

LA SEDUCCIÓN DEL PODER

Hablamos de casos famosos.

Pero detrás hay una gran cantidad de aspirantes a diputados federales o locales, a alcaldes, a regidores y otras posiciones de representación.

Ellos coquetean con el poder porque ahí está su futuro: cargos, dinero, cuotas, poder y cachondeo gubernamental.

Pero si el oficio político muestra déficits en PAN, PRI y PRD -MC también tiene lo suyo-, peor está la estrategia electoral.

Aquí hemos hablado sobre la falta de narrativa, de oferta política para conservar bases y aglutinar a los inconformes.

Ha podido más la ambición.

Están perdidos en el enfoque, como dice un documento entregado por el panista Rodolfo Elizondo a dirigentes de los tres partidos.

Les sugiere no atacar al Presidente, pues mantiene simpatías y no estará en la boleta, sino señalar errores del Gobierno y ofrecer “propuestas concretas”.

Lanzar a candidatos populares, no a los de siempre, como han decidido Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano.

Elizondo y otros personajes resumen en una decena de puntos sus ideas, pero la oposición marcha sin eco, con pena y seguramente sin gloria electoral.

Y A REFORZAR EL SENADO

1.- Cuando Ricardo Monreal insiste en sus iniciativas, sabe por qué.

Atrás de cambios a varias leyes -Banxico, Cinematografía, regulación de redes sociales, etcétera- está su confianza en reforzar a Morena en el Senado.

Ya se llevó a Verónica Camino, sin necesidad porque el Verde es apéndice del Gobierno en turno pero útil para comisiones, sobre todo la Permanente.

Los trabajos de seducción continuarán porque son necesarios para asegurar la mayoría calificada -dos tercios de los 128 escaños- y sacar todas las iniciativas, propias, presidenciales o propias.

Y 2.- También en la escenificación avanza Morena.

Su comisión de honestidad cumplió el trámite inútil de escuchar a Félix Salgado Macedonio sobre acosos y violaciones aún reconocidas por él.

No espere sorpresa: el organismo de Eloísa Vivanco satisfará a placer la instrucción presidencial de impulsar al candidato a gobernador en Guerrero.

LEG

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