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Foto: Guardia Civil A los presuntos autores se les imputan diez delitos relativos a la protección de la flora y la fauna por maltrato animal y veintiún delitos de falsedad documental  

La Guardia Civil en España detuvo al responsable de un criadero de perros y a un veterinario granadino del término municipal de Santa Fe, mismos que habrían mutilado a 10 canes que tenían a la venta, cortaron sus cuerdas vocales.

En esta operación se han intervenido cerca de 500 canes de diferentes razas y está relacionada con investigaciones desarrolladas meses antes en Granada, donde agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza descubrieron un criadero clandestino donde también les cortaban las cuerdas vocales a los perros de raza pomerania ruso y bichón maltés.

En los trabajos de investigación anteriores se descubrió que el criadero contenía a 98 perritos de distintas razas, como caniche, pomerania, chihuahua, bichón maltés y spitz, aparentemente bien cuidados y en buen estado de salud; y que algunos de ellos no podían ladrar porque les habían cortado las cuerdas vocales.

De acuerdo con un comunicado, los agentes del Seprona descubrieron por una parte, que algunos de los perros intervenidos pertenecían o habían pertenecido a un criadero de Santa Fe y por otra parte que el criador clandestino había trabajado antes en dicho lugar.

Con la información recabada decidieron investigar el criadero de Santa Fe, junto con tres inspectores veterinarios de la Oficina Comarcal Agraria de esta última localidad, descubriendo 479 perros de diferentes razas, diez de los cuales mostraban síntomas claros de que les habían cortado las cuerdas vocales.

Los informes veterinarios determinaron que  los diez perros examinados les habían cortado las cuerdas vocales. Cabe destacar que la cordectomía es una práctica quirúrgica que requiere anestesia general, conocimientos exhaustivos de anatomía, cirugía y farmacología, y que si no está llevada a cabo por un veterinario y con un fin terapéutico, por lo que se trataría de una práctica de intrusismo profesional y de maltrato animal, señala la Guardia Civil.
Se informó que a 21 mascotas se les implantó el microchip de otros caninos, con el fin de dar cobertura legal a animales de procedencia desconocida y se recalcó que esto sólo lo puede realizar un médico veterinario.
A los presuntos autores se les imputan diez delitos relativos a la protección de la flora y la fauna por maltrato animal y veintiún delitos de falsedad documental.
Asimismo, al propietario del criadero se le imputa un delito de intrusismo profesional al descubrir que había ejercido de veterinario sin serlo.
Los perros intervenidos han quedado a disposición judicial en las propias instalaciones del criadero.

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