Contamos con más de mil 300 estándares de competencias y tenemos diversos niveles, desde oficios hasta actividades profesionales
Foto: Especial Contamos con más de mil 300 estándares de competencias y tenemos diversos niveles, desde oficios hasta actividades profesionales  

México adoptó hace 30 años un esquema de evaluación de competencias laborales que arrancó en los 80s en países de Europa como Francia, Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda. Hoy en día es referente para países de América Latina, tomando en cuenta que fue el primer país en contar con un organismo destinado a dar plusvalía a las habilidades, conocimientos y aptitudes de las personas en varios niveles de su profesionalización.

Sobre el reciente convenio pactado con la Alianza del Pacífico, que incluye a Chile, Colombia y Perú, para homologar este proceso y sus alcances, así como un proyecto de trabajo con las personas que retornan de Estados Unidos, nos platica Rodrigo Alejandro Rojas Navarrete, titular del Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (CONOCER), organismo sectorizado de la SEP.

¿Cómo nace la necesidad de certificar conocimientos?

-Los primeros países que impulsaron un modelo en el cual se consideró a los trabajadores como una pieza clave para concretar logros e incrementar la productividad de los diversos países a través de un sistema de competencia fueron Francia, Inglaterra, Nueva Zelanda entre otros, que son una potencia mundial. En los noventas, México adopta un sistema de evaluación y certificación de competencias laborales, gracias a un trabajo conjunto entre la Secretaria de Educación Pública y la Secretaria del Trabajo. ¿Qué es lo que buscamos? Reconocer las aptitudes, las destrezas, las habilidades y los conocimientos de  las personas, no importando cómo las adquirieron.

En términos prácticos, ¿Cómo ayuda?

-Estamos muy orgullosos de que diversos países han replicado nuestro modelo de competencias, ¿por qué?, porque al una persona estar certificada, les va a ayudar en muchas cosas. Más allá del reconocimiento personal, en el tema de mejorar sus salarios, de poder tener una mejor movilidad laboral, también le da la seguridad a los empleadores de que sus personas, sus trabajares, están certificados y entonces se evitan muchos, por ejemplo, riesgos de trabajo, y entonces tiene la seguridad de que la eficacia y la eficiencia de las personas certificadas va a ser mejor.

¿Cómo se formó la alianza con los países del sur y con Estados Unidos?

-Desde la última cumbre de la Alianza del Pacífico (México, Perú, Colombia y Chile, hace un mes) estamos trabajando en un modelo para homologar todas las competencias laborales de los integrantes de esta gran alianza, para que sean válidas en estos países. Que pueda existir una movilidad laboral.

Para mí es muy importante que, con la entrada en vigor del T-MEC, estamos pugnando porque precisamente las habilidades adquiridas en México sean válidas en Estados Unidos y Canadá, y viceversa. Estos tratados internacionales, y esta gran mano de obra que llega a Estados Unidos, el saber que nuestros connacionales están certificados y que pueden ser válidas sus habilidades en los países hermanos, pues es muy importante para nosotros, como país, y también para los beneficiados.

Algunos de sus alcances…

-Contamos con más de mil 300 estándares de competencias y tenemos diversos niveles, desde oficios hasta actividades profesionales; no está sectorizado a un tipo de ciudadano o a cierta educación; tenemos gente que tiene maestría y doctorado y aún así se certifica en alguna cosa en específico. Por ejemplo, ahorita en la pandemia lo que más se ha incrementado es el poder desarrollarte plenamente en lo que son tecnologías de la información.

Con la colaboración de Elizabeth Rivera / FES Aragón

 

AR