Cabe recordar que la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el SEN daba a la CFE prioridad para subir su energía eléctrica a la red antes que las que producían privados, a través de energía solar y eólica principalmente
Foto: Cuartoscuro Cabe recordar que la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el SEN daba a la CFE prioridad para subir su energía eléctrica a la red antes que las que producían privados, a través de energía solar y eólica principalmente  

The Wall Street Journal consideró que la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en contra de la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), que daba prioridad la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el mercado eléctrico, es un revés para la política energética del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Es un revés “para los planes del presidente Andrés Manuel López Obrador de restaurar el dominio de las empresas energéticas estatales, y un mal augurio para un proyecto de ley que envió al Congreso esta semana que le daría a la CFE una posición dominante en el mercado”, dijo el diario estadounidense este miércoles.

Asimismo, indicó que el presidente es “un nacionalista que busca revertir partes clave de una reforma histórica del sector energético llevada a cabo bajo su predecesor que terminó con el monopolio estatal de México en el mercado petrolero y abrió los mercados eléctricos a un mayor sector privado inversión”.

La Política de Confiabilidad, emitida por la Secretaría de Energía (SENER), fue impugnada ante la SCJN por la Comisión Federal de Competencia Económica, que alegó “invasión a su competencia”.

Al resolver la controversia constitucional 89/2020, la Segunda Sala de la Corte argumentó que dicha política viola el derecho de libre competencia y da una “ventaja indebida” a la CFE y por ello invalidó 22 disposiciones, por cuatro votos a favor y uno en contra.

The Wall Street Journal señaló que el fallo de la SCJN llega días después de que el mandatario enviará al Congreso de la Unión una iniciativa preferente para cambiar la ley del mercado eléctrico y, con ello, limitar aún más la competencia en el sector a favor de la CFE y, además subrayó, pondría en riesgo miles de millones de dólares en inversiones privadas.

Con ello, añadió el medio estadounidense, también podría representar que la iniciativa de ser aprobada y promulgada podría ser derogada; incluso citó a analistas que señalan a la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica como más “agresiva” contra los inversionistas que la política de confiabilidad, por lo que “es un indicio inequívoco de que las reformas propuestas en el proyecto de ley serían inconstitucionales”.

Cabe recordar que la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el SEN daba a la CFE prioridad para subir su energía eléctrica a la red antes que las que producían privados, a través de energía solar y eólica principalmente, que además de ser limpias son más baratas.

Con ello, argumentó la SENER, que encabeza Rocío Nahle, se garantizaría la confiabilidad de la red durante la emergencia sanitaria generada por la pandemia de Covid-19.

Actualmente, la ley da prioridad a la electricidad más barata y, al final, a la más cara para que en ese orden suban a la red eléctrica, lo que favorece a las energías renovables y centrales de ciclo combinado que operan privados y detrás están las hidroeléctricas y termoeléctricas que opera la CFE.

De acuerdo a la propuesta del presidente López Obrador, se borra el principio de despacho económico y del artículo 4 de la Ley de la Industria Eléctrica desaparece la referencia a que “la generación y comercialización de la energía eléctrica son servicios que se prestan en régimen de libre competencia”.

Así, las hidroeléctricas de la CFE serán las primeras en despachar a la red eléctrica; después las demás centrales de la empresa del estado, termoeléctricas y los ciclos combinados y por último las plantas eólicas y solares y ciclos.

La digitalización acelerada que se ha dado en los últimos años, y que incrementó con la llegada de la pandemia de Covid-19, aumentó la adopción de data centers para responder a la capacidad de almacenamiento que requieren millones de usuarios alrededor de todo el mundo para distintas labores y el funcionamiento de servicios que se consumen día a día, como internet, telecomunicaciones, entretenimiento, transporte, comercios, sistemas de seguridad, salud, educación, trabajo y otros.

Así como el corazón es el órgano más importante para un ser vivo, un centro de procesamiento de datos es el elemento fundamental para el departamento de TI en cualquier compañía, pues este gran espacio plagado de servidores, almacena, gestiona y protege la información, y soporta todos los servicios y sistemas de la organización.

Hoy, no solo los grandes corporativos requieren sistemas que soporten tecnología de punta y por eso observamos un mayor número de data centers cada año, siendo una importante oportunidad de negocio, que contemplan mejores diseños y más medidas de seguridad para garantizar la disponibilidad ante cualquier imprevisto, tanto por un desastre natural como por una acción humana.

Por lo anterior, se requiere de su operatividad las 24 horas del día, los siete días de la semana, pues los cientos de servidores e infraestructura informática que tienen en su interior vitales para responder a las aplicaciones más críticas y a las necesidades de conectividad para fines específicos.

Su configuración ofrece los servicios de manera flexible y dinámica, de tal forma que prevea un crecimiento futuro mediante la adecuación a tecnologías emergentes y sistemas de automatización y monitoreo, para controlar la temperatura, la humedad o el consumo de energía y evitar los riesgos y pérdidas económicas que pueden generar los cortes de energía inesperados o las alzas y bajas de tensión, por ejemplo.

De igual forma, entre las funciones primarias de los centros de datos están la administración de las conexiones de entrada y salida de los distintos sistemas que están hospedados, así como su seguridad, recordando que el incremento y variedad de aplicaciones en dichos sistemas pueden limitar el rendimiento de las telecomunicaciones por cuellos de botella.

A medida que crece el tráfico en las redes tradicionales de los data centers, principalmente el que conllevan las nuevas tecnologías (como el internet de las cosas y la red 5g, que amplían el ancho de banda disponible para los dispositivos y las velocidades), pueden experimentarse atascos cuando demasiados datos o aplicaciones las intenten utilizar al mismo tiempo; por eso la importancia de estar protegidos con adecuadas medidas de seguridad y dotados de potentes motores, para que se desenvuelvan en las denominadas “autopistas de la información”.

En el mercado local, empresas como ABB, IBM y Schneider Electric se posicionan como líderes en la industria del data center, con servicios, soluciones y sistemas integrados, diseñados para soportar exigentes cargas de trabajo y la creciente demanda mundial de datos, a través de tecnologías para la nube, alojamiento y telecomunicaciones, para que sean escalable, resilientes y soporten las crecientes demandas de carga de trabajo.

 

 

MGL