El mundo atestigua quizás una de las batallas más difíciles que ha librado el presidente ruso, Vladimir Putin, en casi 20 años al poder. El líder opositor Alexei Navalni publicó en días recientes un expediente en el que denuncia la existencia de un lujoso palacio, con un valor superior a los mil 200 millones de euros, mismo que pertenecería al mandatario.

“¿Te imaginas el Principado de Mónaco? Es un país pequeño. Y aquí hay una propiedad del tamaño de 39 principados de Mónaco. Fue construido de tal manera que era imposible llegar a él por tierra, por mar ni por aire”, refiere el amplio texto difundido en el portal palace.navalny.com.

Describe que miles de personas que trabajan allí tienen prohibido traer teléfonos con cámara. Los autos son inspeccionados en varios puntos de control con la ayuda de espejos y fosos con cámaras de video: “Todos decían que era imposible filmarlo. Sí, lo pensamos nosotros mismos, y luego lo tomamos y lo probamos. Hicimos cuatro intentos, pero solo lo logramos una vez. Le presentamos el palacio más secreto de Rusia: el palacio de Putin, cerca de Gelendzhik”.

Casi al mismo tiempo de la revelación, Navalni, quien sobrevivió a un presunto envenenamiento, regresó a Rusia y fue encarcelado. Ayer la prensa rusa revelaba que el político no sabía de las marchas en su apoyo: “No sabía prácticamente nada sobre las acciones pasadas. Saluda a todos”, dijo su abogado.

En una reunión con estudiantes universitarios, la víspera, Putin lo negó todo.

 

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