Foto: Cuartoscuro “Dimos con este lugar, porque antes teníamos que ir a Iztapalapa, pero está más lejos y más caro, además de que escasea más”, refiere Francisco  

En las últimas semanas, el remedio es tan costoso como la enfermedad, y la lucha por respirar es una carrera que se replica en varios estados en contra del desabasto de oxígeno medicinal, sus exorbitantes precios, los fraudes y las filas interminables para conseguir un tanque para los enfermos de Covid-19, ante la insuficiencia en el sistema de salud pública.

Pocas de las empresas que se dedican a la venta, renta o recarga de este elemento vital tienen suficiente producto, por lo que en línea prolifera su comercialización a precios que van desde 8 mil pesos y hasta sumas estratosféricas por un tanque, además de múltiples fraudes en los que se pide un anticipo por un producto que jamás llega a las manos de los desesperados familiares de pacientes.

En la zona oriente de la Zona Metropolitana del Valle de México, las filas en establecimientos donde rellenan los tanques alcanzan, en algunos casos, hasta 20 o 25 personas, que tienen que llegar desde la madrugada y formarse entre cinco y ocho horas.

“Desde el domingo que a mi papá se le acabó el oxígeno. Hoy miércoles (20 de enero) no ha llegado la gente de la empresa INFRA para suministrarlo, aun cuando tenemos la receta y el compromiso del Seguro (IMSS) de que llegaría el insumo a la casa”, dice Francisco Ayala, vecino de la colonia Esperanza de Nezahualcóyotl, Estado de México.

Genaro, su papá, de 72 años, fue diagnosticado con Covid-19 y sus hijos decidieron que se quedara aislado en su casa y ahí llevar su tratamiento.

Francisco llegó desde las 7 de la mañana del miércoles a un establecimiento de recarga y venta de oxígeno, ubicado en Cuarta Avenida de la Colonia Vicente Villada, en Neza. Son las tres de la tarde y apenas le tocó su turno.

Es el viacrucis desde que enfermó don Genaro, que se suma a los gastos de mil 500 pesos diarios. “Dimos con este lugar, porque antes teníamos que ir a Iztapalapa, pero está más lejos y más caro, además de que escasea más”, refiere Francisco.

Tiempo de calvario

El calvario para Abraham Robles, vecino de San Lorenzo Chimalhuacán (Edomex), comenzó desde hace dos semanas, cuando su mamá, de 78 años, y su hermana, contrajeron el coronavirus.

“Para recargar cuatro tanques chicos de oxígeno, he llegado aquí (en la misma colonia de Neza) a las 8 de la noche y he salido como a las 3 o 4 de la madrugada del día siguiente”, refiere Abraham, quien explica que sólo llega a su casa a ponerle el tanque a su mamá y a su hermana, descansa un rato y se regresa a conseguir más oxígeno.

Refiere que desde que comenzó la enfermedad de su madre y su hermana, dejó de trabajar y se dedicó a atenderlas.

“Gracias a dios ya parece que se están recuperando las dos”, dice Abraham, quien menciona que ha tenido que echar mano de sus ahorros para pagar los medicamentos y las recargas de oxígeno. “Al día me vengo gastando alrededor de mil pesos”, dijo.

Escasez y falta de dinero

Como en el Edomex y otros estados, también en Oaxaca las filas para conseguir oxígeno son extensas.

Tania Vega, de 35 años, también ha padecido para conseguir oxígeno para su madre, diagnosticada con Covid-19 y enferma de diabetes.

“Primero fue muy difícil conseguir un tanque de oxígeno. Al final, un familiar de mi mamá me prestó un tanque pequeño que hay que llenar cada dos días. Eso implica otro problema aparte del económico, porque hay que recorrer y buscar dónde nos lo pueden llenar”, lamentó.

Dijo que su madre está siendo atendida en su casa porque no pudo ingresarla a algún hospital Covid, ya que a los que acudió le indicaron que estaban llenos.

En Oaxaca, la recarga de un tanque pequeño tiene un costo aproximado de 295 pesos, pero si se compra cuesta hasta 8 mil 199 pesos, además de que un tanque de 9.5 metros cúbicos puede valer hasta 25 mil pesos.

Con información de ADN Sureste

“Respirar no es lujo”; reclaman regulación

Quadratín

Con el fin de pedir a las autoridades del Estado de México la regulación de la distribución y comercialización de equipos de oxigenoterapia, ante el incremento en la demanda por los altos índices de contagios por Covid-19, surgió el movimiento Respirar no es un Lujo, iniciativa ciudadana que busca acabar con los abusos en cuanto a los precios del insumo.

La insuficiencia de equipo dotado por instancias gubernamentales ha llevado a la población a buscar la compra o renta de tanques o concentradores de oxígeno en la que, aseguran, han encontrado precios excesivos.

“Las personas tienen que recurrir a distribuidores privados para poder conseguir el oxígeno que los mantenga con vida, y al no existir una regulación en la distribución y el comercio de estos productos, hay precios excesivamente altos que para la gran mayoría de la población es difícil o incluso imposible costear”, señala el movimiento.

A través de la página de Facebook recién creada Respirar no es un Lujo-Edomex, se publicó el documento dirigido al gobernador Alfredo del Mazo Maza, al secretario de Salud Gabriel O’Shea Cuevas y a las autoridades de Profeco, en el que externan la preocupación ciudadana porque la mayor parte de la población no puede “cubrir precios altos e injustificados para poder seguir respirando”.

Por ello, piden el establecimiento de un precio base para la venta, renta y recarga de oxígeno medicinal, así como la penalización por la distribución y comercialización indebida.

Además, invitan a la población a firmar la petición en change.org y a compartir testimonios de haber sido víctimas de algún abuso.
LEG