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FOTO: CUARTOSCURO Así como expresó cariño para Poniatowska, también para los capitalinos  

La penúltima Mañanera de la semana cumplió lo prometido: no llevar exposiciones que consumen tiempo de los reporteros para cuestionarlo. Sólo hubo un videito para dar cuenta que se cumplió con la vacunación vs Covid-19 a personal médico de los hospitales privados.

“Vamos a preguntas”, expresó el Presidente Andrés Manuel López Obrador para arrancar lo que él denomina diálogo circular.

Apenas veía qué mano levantada elegía su “dedito”, un desesperado gritó el tema que traía de encargo.

La actitud intrépida del pseudoreportero (pues se le vincula con el político René Bejarano y fue ex candidato independiente para alcalde en San Agustín, Hidalgo) no gustó al Presidente y lo ignoró.

Para dar turno a la segunda pregunta, el desesperado gritó nuevamente y nuevamente fue ignorado. El mandatario eligió una persona más del ala derecha y el desesperado insistió, pero el morenista lo puso quieto: “A ver. Espérame, espérame, sí vas a hablar, nada más espérame. Digo, sí vas a preguntar”.

Cuando finalmente le dio su turno, tuvo que responderle seis preguntas. Bueno, cuatro si se considera que dos eran gestiones.

Una de las gestiones se vinculó al director del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez Pineda, a quien acusó de violentar derechos del sindicato, no sin resaltar que es hijo del exgobernador de Oaxaca, Heladio Ramírez. Nada casual el cuestionamiento si se considera que el gestor trabajó con el actual diputado federal Benjamín Robles, quien al igual que Ramírez Pineda aspira a la gubernatura de Oaxaca.

Entre las pregunta, le tocó el tema de la escritora Elena Poniatowska, quien recientemente se pronunció porque el Ejecutivo dejara ya La Mañanera que significa “obligar” a los periodistas a que vayan todas las madrugadas a hacerle preguntas “a modo”.

Ante el cuestionamiento, el mandatario respondió con el cariño que siempre expresa hacia la escritora, la cual ha asistido en dos ocasiones al polémico diálogo circular.

“Mandarle un abrazo a Elenita, que la quiero mucho. Eso es todo”.

En esa pregunta, también se refirieron a la periodista Carmen Aristegui, sólo que el pseudoreportero la pintó como “vocera de la DEA y títere de CNN”. El mandatario optó por ignorarlo, pues en diversas ocasiones, en ese mismo espacio, ha defendido a la aludida, y congratulado de su regreso a la radio mexicana.

Para ir cerrando la polémica con la agencia de Administración y Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) por el caso del general Salvador Cienfuegos expresó “ofrecemos disculpas, pero que quede a salvo el prestigio de México, de las instituciones”.

Cuando tocó el tema, de forma casual, se escucharon risas en los pasillos aledaños al Salón Tesorería.

Así como expresó cariño para Poniatowska, también para los capitalinos.

“Yo le tengo mucho cariño a la gente de la Ciudad de México, bueno, a todo el pueblo y de manera muy especial a los capitalinos, conmigo se han portado más que bien. Imagínense, me permitieron que yo gobernara, siendo tabasqueño de origen”, expresó para decir que hará un recorrido por las 16 alcaldías una vez que bajen los contagios por Covid-19.

Precisamente el mandatario llegó a la capital para estudiar en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, y ya entrado en la nostalgia, compartió que aunque no era “maleta” para jugar béisbol, lo jaló más la escuela, pese a que le hubiera gustado ser beisbolista profesional, como fueron los casos del escritor Leonardo Padura y René, intérprete de Calle 13.

ica