Si el SARS-CoV-2 muta es para mantener su eficacia de contagio de las células, en esa lucha contra los anticuerpos naturales del huésped. Es, desafortunadamente, esa adaptación lo que los hace eficaces y por lo tanto tan peligrosos.

Todo lo contrario a la capacidad del Gobierno mexicano de adaptarse a la cambiante situación del país y del mundo. La 4T fue muy exitosa en la inoculación de 30 millones de electores que los llevaron al poder.

Pero, una vez conseguida la hazaña de llegar al poder se pasmaron y la realidad ha mostrado que no pudieron transformarse, de esa poderosa fuerza propagandística y populista a un Gobierno capaz de dar resultados.

Las mismas estrategias planteadas en campaña, presentadas desde las campañas de décadas pasadas, sin una adaptación a la realidad.

Hoy, que la economía mexicana se derrumbó 9% el año pasado como consecuencia de la pandemia del Covid-19 y la falta de apoyos gubernamentales, el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene los mismos planteamientos que escribió para lanzarse a su tercera campaña electoral.

La falta de adaptación y de pericia se nota en los resultados económicos, pero se nota más y con mayor dolor en el manejo de la pandemia.

El desastre provocado por la negligencia del subsecretario Hugo López-Gatell se cuenta en cientos de miles de muertes, en millones de personas contagiadas y en un sistema de salud totalmente rebasado.

Millones de personas perdieron sus empleos el año pasado, han cerrado cientos de miles de empresas y todo porque en esa concepción maniquea del actual Gobierno, ayudarlos habría sido tanto como el rescate de los bancos de los años noventa.

Lo que hay es un ejército de promotores partidistas que, como aquellas sectas que van de puerta en puerta con su mensaje proselitista, van repartiendo dinero público, ellos mismos son pagados con recursos públicos y todo en un afán de perpetuar a la 4T en el poder.

La estrategia de vacunación contra la Covid-19 en México tiene esos dos pilares en los que la 4T está entronizado y que ha definido como la gran barrera de defensa de su permanencia en el poder.

Cualquier vacuna que se aplique en México en contra del Covid-19 estará a cargo de las Fuerzas Armadas, los mismos que construyen aeropuertos, trenes y que administran puertos mercantes.

Y en esa masiva e incomprensible comitiva que estará encargada de aplicar cada vacuna, sobre todo en las zonas rurales, semi rurales y suburbanas, estarán esos Siervos de la Nación, esos que claramente reparten dádivas con los atentos saludos de la Cuarta Transformación, el presidente López Obrador y Morena.

Así, claramente la campaña de vacunación es la base de su campaña electoral.

La 4T es efectiva como muy pocos en esa labor de engatusar a una población pauperizada que espera un milagro mesiánico. Ellos siguen ahí, fieles e irreflexivos. Pero este Gobierno ha mostrado muy poca capacidad de adaptación a la tan cambiante realidad de un mundo que hoy es muy diferente al que había cuando lograron el triunfo electoral.

 

                                                                                                         @campossuarez