El fin de año pasado el turismo de México se vio a la alza, no sabemos si para bien o para mal pero vimos fotos de playas repletas de turistas prácticamente los litorales en todo el país lucían atiborrados; todos vimos las costas llenisimas en plena pandemia ante el mutis de varias autoridades.

Para los prestadores de servicios intuyo, fue un buen cierre de año en las playas mexicanas, pero está claro que no se puede quedar bien con dios y con el diablo ¿No estábamos en semáforos rojos? ¿No significaba eso una especie de confinamiento? ¿No hasta el encargado de la pandemia Hugo López Gatell anduvo en Oaxaca “visitando a unos familiares” y hasta le tomaron fotos sin cubre bocas mientras los médicos y enfermeros de primera línea no descansan?

Atrás quedó la cantaleta de los funcionarios públicos como el secretario de turismo Miguel Torruco que “pitonizaban” que lo primero que se iba a recuperar era el turismo carretero, incluso lo medían casi casi con reloj en mano, decían que el turista saldría buscar viajes en coche unas cinco horas promedio y que habría que estar preparados para ello.

En el fin de año eso no ocurrió, la realidad es que las playas se desbordaron producto de las ansias de la gente por esparcirse en poco y liberar el estrés pandémico. Por ejemplo algunas fuentes consultadas de Valladolid Yucatán me informan que allá la ocupación promedio andaría en un 35%, y eso que se encuentra cerca de Quintana Roo que rondó por el 80% para algunos casos de hoteles permitidos.

En Tlaxcala el destino carretero más cercano al hub de turistas de México más grande CDMX, la cosa tampoco estuvo tan alentadora, me informan que muy baja ocupación durante las navidades y año nuevo. ¿Será que la gente se guardó por la pandemia y no hizo turismo carretero?

Aquí es donde empieza el surrealismo turístico, por un lado todo lleno en las playas los productos “comoditys” y por el otro el turismo carretero medias tintas, aunque los tradicionales carreteros esos que se venden solos como san Miguel de Allende, San Cristóbal de la Casas y Puebla esos si repuntaron arriba del 60% .

El destino que robó cámara fue Puerto Vallarta con altos niveles de ocupación en algunos hoteles me comentan del 100% aunque la media fue de casi 90%. En Vallarta vimos de todo, desde un catamarán que se hundió con turistas, hasta fiestas de todo tipo al aire libre y en la playa con gente celebrando como si no pasara nada.

Hubo de todo en la playas, desde gente que se fue a vacacionar incluso con tanque de oxígeno en las playas de Acapulco, que por cierto es el foco rojo del estado de Guerrero, hasta un señor de la tercera edad que tuvo que ser trasladado al hospital por síntomas respiratorios en Vallarta.

En esta fase de contagios y muertes por Covid 19, siendo que el 30 de Diciembre fue uno de los días más letales de la pandemia en México con un pico de 1054 fallecidos ¿Qué nos importa más? ¿Subir los volúmenes de ocupación hotelera? ¿O aguantar un poco más a que la pandemia nos de tregua con la llegada de las vacunas? Para después viajar todo lo que queramos.

México el cuarto país con más decesos nivel global por la pandemia, con el nivel más alto de letalidad dicho por la Universidad Johns Hopkins, tenemos el primer lugar en letalidad entre las 20 naciones más afectadas por la pandemia en el mundo, con 8.8 fallecimientos por cada 100 contagios registrados.

Con todo esto nuestro país tiene un secretario de turismo federal aun así sale a presumir un burdo “tercer lugar coyuntural” de la OMT y que México fue el país que menos perdió en turismo porque la conectividad aérea no cesó. Surrealismo puro.