Si desde 2006 se supo que las organizaciones criminales estaban respondiendo al Estado con violencia, entonces el desafío al Estado ha seguido acumulando evidencias. El asesinato del exgobernador jalisciense Aristóteles Sandoval fue otro indicio no atendido.

El Estado ha fallado en su capacidad de respuesta. Por eso algunas organizaciones criminales han convertido al Estado en su adversario, de manera sobresaliente el Cártel Jalisco Nueva Generación, presuntamente el grupo criminal que liquido a exgobernador de Jalisco.

El crimen de Sandoval ocurrió la madrugada del viernes 18 en cuya mañana apareció en el Diario Oficial el decreto de reformas a la Ley de Seguridad Nacional para poner en funcionamiento las reglas de control de agencias estadounidenses que operan en México sin respetar los ordenamientos legales mexicanos.

Los dos hechos tienen referenciales, aunque no relación directa. El control de la DEA exige un replanteamiento de la estructura de seguridad vinculada al crimen organizado para no depender de los extranjeros. Y el asesinato en Puerto Vallarta puede asumirse como una falla de la limitada estructura existente de inteligencia y seguridad nacional mexicana cuya modernización fue comprometida por la nueva estrategia del Gobierno en turno con objetivos fijados como urgentes: Un Sistema de Seguridad Nacional, la reactivación del Consejo de Seguridad Nacional, el Sistema Nacional de Inteligencia y el Programa para la Seguridad Nacional 2018-2024.

La construcción de una estructura de seguridad pública-interior-nacional para combatir al crimen organizado sin ayuda extranjera requerirá de recursos y voluntad, pero sobre todo de dirección política estratégica. La organización policiaca operativa ha terminado su fase organizacional, pero falta el área de inteligencia y seguridad nacional.

Sin la DEA la tarea será monumental, pero urgente. Desde el viernes.

 

Zona Zero

  • La columnista Sandra Normandía, coautora del libro Narco CDMX (Grijalbo), reveló ayer domingo en Milenio que Aristóteles Sandoval, aún como gobernador, le había dicho: “me quieren asesinar”, y se refería al Cártel Jalisco. Ahí es donde ha fallado la estructura vigente de inteligencia y seguridad nacional mexicana: nadie lleva alertas y riesgos.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

 

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