Al menos cuatro miembros de la familia directa de Andrés Manuel López Obrador se han visto involucrados en posibles casos de corrupción. Hoy en día, estos miembros y sus traspiés representan la mayor amenaza interna para el proyecto presidencial.

En 2010, su hermano José Ramiro López Obrador y otros dos individuos “fueron demandados penalmente como presuntos responsables de los delitos de peculado y asociación delictuosa” por la cantidad de 40 mdp, relacionados con el fallido proyecto urbanístico en Tabasco, ‘Macuspana Siglo XXI’” (Proceso, 30/04/10).

En agosto de 2020, Pío López Obrador, otro hermano del presidente, apareció en un video de 2015 recibiendo paquetes de efectivo de David Léon—en ese entonces operador del gobernador Manuel Velasco de Chiapas, el estado más pobre del país—. En los vídeos se menciona la realización de otros pagos, por lo que no es descabellado pensar que existan más videos de Pío recibiendo dinero para, presuntamente, financiar de manera ilegal las actividades de MORENA.

Días después, en septiembre, Reforma informó que la esposa de José Ramiro y cuñada del presidente, Concepción Falcón, se vio presuntamente involucrada en un desfalco por 223 mdp, siendo ella Regidora y Primer Síndica de la Hacienda municipal en Macuspana, Tabasco. El escándalo fue tan grande que renunciaron el alcalde y los 11 regidores, entre ellos Concepción. Hasta el momento no se sabe del dinero.

Y hace unos días, se dio a conocer que la prima del presidente, Felipa Obrador Olán, recibió cerca de 365 mdp en contratos de PEMEX vía su empresa Litoral Laboratorios Industriales. El conflicto de interés fue tan obvio que PEMEX—o más bien el presidente—tuvo que rescindir los contratos que meses antes había otorgado a su prima. Como dice el dicho: la agarraron con las manos en la masa.

El 5 de diciembre, Mario Delgado, presidente de MORENA, escribió en su Twitter que “las elecciones de 2021 serán entre dos proyectos: la alianza PRIANRD, que representa la corrupción (…) o MORENA, que defiende los intereses de todos los mexicanos”. Queda claro que la agenda anticorrupción será la bandera obradorista en 2021.

El problema es que cada día se acumulan más acusaciones de corruptelas, tanto en el gobierno federal, como en la familia del presidente. Sin embargo, va quedando claro que esta última es el eslabón más débil en todo el proyecto obradorista, debido a su cercanía con López Obrador. La pregunta de los 365 millones es: ¿el presidente está enterado de lo que al parecer hacen sus familiares?

@AlonsoTamez

 

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