Vivimos los tiempos más difíciles; hoy todos los sectores coincidimos en ello. El mismo Banco Mundial aseguró que la pandemia provocada por la enfermedad Covid-19 ha generado la crisis económica más extendida desde 1870. En tal sentido, la aprobación de las y los mandatarios de todo el mundo se ha visto determinada por su capacidad de hacer frente a los retos en la administración pública, referentes al cuidado de la salud y la implementación de medidas anticíclicas para impulsar la calidad de vida y el bienestar entre la población.

Así, de acuerdo con la medición realizada por Mitofsky respecto de la aprobación de mandatarios en América y el mundo, Andrés Manuel López Obrador es el séptimo Presidente mejor calificado en el continente, y se mantiene en la clasificación de alta aprobación (con entre el 50 y el 59%), junto con otros cinco mandatarios de países, entre los que destacan Canadá y Argentina, y sólo por debajo de la clasificación de muy alta aprobación, en la que únicamente están tres jefes de Estado: Nayib Bukele, de El Salvador (con un 80% de aprobación y un año en el cargo, al momento de la encuesta); Martín Vizcarra, de Perú (con un 65% aprobatorio y poco más de dos años en el cargo, al momento de la encuesta, pero actualmente fuera de funciones), y Luis Alberto Lacalle, de Uruguay (con un 63% de aceptación y cuatro meses en el cargo, al momento de la encuesta).

Los datos de México incluso mejoran en las encuestas dadas a conocer recientemente por los periódicos nacionales El Financiero y Reforma, en las cuales se muestra un repunte de la aprobación del Presidente, que en promedio le otorga un 62.5% de respaldo a su gestión. A dos años de la administración pasada, encabezada por Enrique Peña Nieto, Reforma publicaba una encuesta con 39% de aprobación, es decir, 13 puntos por debajo de AMLO, dato corroborado por la gráfica comparativa publicada por El Financiero.

Por su parte, el pasado miércoles el presidente López Obrador presentó en su conferencia mañanera desde Palacio Nacional una encuesta levantada por la Secretaría de Gobernación, que indica que 71% de la población votaría a su favor en la revocación de mandato, destacando a su vez que 25.1% de las personas encuestadas consideran que el principal problema del país es la corrupción, siendo ésta la respuesta más recurrente, lo que permite entrever la relación que existe entre la aprobación del Presidente con la política anticorrupción.

De acuerdo con la encuesta sobre aprobación presidencial realizada por Mitofsky, en su sección “Evaluación por áreas de gobierno y atributos personales”, 50% o más de las y los encuestados aprueban cuatro de las principales acciones del Ejecutivo federal: disminuir la corrupción (un 51.5%); fortalecer la democracia (un 51.4%); proteger los derechos de toda la ciudadanía (un 50.5%), y aumentar el prestigio internacional de México (un 50.1%).

Los resultados de las encuestas, a pesar del constante golpeteo mediático y de la crisis que el país y el mundo atraviesan, revelan no sólo que la sociedad respalda el proyecto de transformación en México, sino que la implementación de programas y la comunicación institucional que lo acompañan han sido efectivas para llevar las acciones institucionales hasta la opinión pública. Por lo tanto, podemos señalar que hoy la voz del pueblo lo confirma: en el peor momento, contamos con el mejor Gobierno.

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