El general exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos durmió en su casa desde el miércoles que llegó de los Estados Unidos, en donde estuvo detenido un mes acusado de narcotráfico y lavado de dinero.

Luego de los reclamos del Gobierno mexicano por no haber sido informado de las investigaciones que la DEA realizó en contra de Cienfuegos y para mantener sanas la relación bilateral, el Departamento de Justicia decidió retirar los cargos en contra del militar de más alto rango en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

El tema de Cienfuegos causa estupor e ira en la DEA. Dicen que los agentes que investigaron el caso no dan crédito que Cienfuegos esté libre, en México y en su casa. Los dejaron como estúpidos. Las pruebas que ellos consiguieron no fueron tan fuertes ni tan determinantes como para privilegiarlas a la relación México Estados Unidos.

Ahora, el caso está en manos de la Fiscalía General de la República y su titular, Alejandro Gertz tiene la oportunidad de demostrar que esa instancia es independiente.

Con ello no quiero decir que independencia signifique que Cienfuegos debe ser encontrado culpable de lo que ya dijeron los de la DEA es responsable. Independencia de la fiscalía debe entenderse como ejecutar todos los procedimientos a su alcance y ejercer la ley en toda su amplitud para determinar si Salvador Cienfuegos es inocente o culpable.

Si es culpable, no debe dejarse ningún cabo suelto para castigar a los que, con él, traicionaron a una de las instituciones más reconocidas por los mexicanos.

Si es inocente, no debe quedar duda alguna de que el general Cienfuegos nunca tuvo el más mínimo proceder en contra de la ley y los mexicanos.

Para muchos, Salvador Cienfuegos es responsable de los actos de los que la DEA, esa agencia que lo mismo es acusada de lavar dinero del narcotráfico o que sus agentes participen en fiestas de capos de la droga en las que participan prostitutas (muchas de ellas víctimas de la trata de personas), y por ello debería ya estar recluido en el Altiplano.

Pero el general está bajo investigación y, como lo dice el canciller Marcelo Ebrard, sería muy costoso para México haber traído a Cienfuegos y que no pasara nada.

Por lo pronto, como tantos, espero que la ley y la justicia mexicanas pongan al general Salvador Cienfuegos en su lugar, sea este el de los inocentes o el de los culpables. Nuestras instituciones de procuración e impartición de justicia están a prueba.

La Letrina. Para el funcionario encargado de la pandemia la palabra clave es intrascendente. Él trascenderá a la historia de México como el implacable científico que no evito, estando en sus manos prevenir, miles de muertes.

 

                                                                                                                      @Fercoca