Real de Catorce, en San Luis Potosí, fue el escenario ideal para que una caravana integrada por 13 vehículos todoterreno se dieran gusto con las pruebas en un paisaje 4×4.

En exclusiva para 24 HORAS, motores, suspensiones, mecanismos de tracción, neumáticos e, incluso, calcomanías de recuerdo tienen que ser revisados y ajustados antes de tomar ruta hacia la aventura que emprenden sin tener un camino asfaltado.

Viajando al pasado minero

La travesía comenzó muy temprano en la ciudad de Matehuala a dos horas de la capital de San Luis Potosí, para enfilarse rumbo a la Sierra de Catorce y los pueblos fantasmas mineros que conforman esta región, antes llena de bullicio.

“La ruta de Real de Catorce es una de las más arduas para conducir, ya que requiere concentración y pericia por parte del piloto y copiloto para sortear las distintas pruebas que se presentan en el camino cuesta arriba, conformado por un muro de piedra a un costado y un voladero del otro”, compartió Juan Bosco Martínez, líder de Bosco’s Camp.

Bloqueo de diferenciales, suspensión y tracción en las cuatro ruedas y uso de la caja reductora, entre otras, son algunas de las pruebas técnicas a las que fueron sometidos los pilotos para completar la ruta, misma que estuvo llena de obstáculos y que duró hasta el anochecer concluir.

De los 13 vehículos, la mayoría pertenecen a una marca, pero otros modelos también integraron, inclusive, un vehículo híbrido que, a pesar de la poca potencia inicial para las cuestas, también completó todo el recorrido.

Off road: Deporte que despierta

El deporte del off road o viajes en vehículos todoterreno ha ido cobrando auge a lo largo de México, y es por eso que empresas como Bosco’s Camp organizan caravanas con rutas extremas a distintas zonas naturales del país para incentivar el amor por la naturaleza en su estado más salvaje.

Con un compromiso de “Cero huella”, estas travesías se realizan sobre camino de terracería ya establecido, y con ello evitar abrir brecha nueva y así impactar en la menor medida posible al lugar y su vegetación.

“Tenemos la responsabilidad de conservar el ambiente e intervenir lo menos posible en los lugares que visitamos; es por eso que “cero huella” es un estilo que nos caracteriza a diferencia de otras empresas ‘jeeperas’”, expresó Norma Lara, segunda a bordo y encargada de logística y planeación de la caravana.

Tras media jornada recorrida, se realizó una breve parada para comer y convivir entre familias, respetando la sana distancia y las medidas sanitarias requeridas, para reponer energía y continuar con la travesía extrema.

Después de visitar algunos cascos de piedra derruida, sitios que fueran antes minas plateras en la época virreinal, los viajantes pudieron adentrarse a tiros de mina abandonados y recrear la sensación de opresión que vivieron los mineros de aquellos tiempos.

Otros grupos de turistas llegaban en caballos, que es la otra forma de llegar a aquellos lugares inaccesibles.

Al caer la noche, y con un frío desértico, la caravana culminó su misión principal, que fue la de convivir y conocer de forma distinta la naturaleza y paisajes de México.

Sierra y poblado de Real de Catorce

A una altitud de 2 mil 728 metros sobre el nivel del mar, los antiguos cascos de piedra derruida del pueblo fantasma, reciben a los viajeros extremos en un ecosistema semidesértico compuesto por agaves, magueyes y zacates. El clima fluctúa del gélido frío nocturno, al avasallador sol del día.

Willis

Para internarse en lo profundo de esta Sierra Potosina, a través de veredas y terracería, eran utilizadas las mulas de carga y caballos. Posteriormente llegaron los famosos Willis, que son vehículos todoterreno de transporte que sustituyeron a los animales de tracción. La característica es que, incluso, en el techo de esta camioneta viajan los turistas.

 

LEG