Las elecciones en Estados Unidos llaman la atención de todo el mundo por ser uno de los países más poderosos del planeta, y en especial generan expectativas en México, que no sólo es su vecino, sino uno de sus más grandes socios comerciales y parte de un esfuerzo de integración regional en América del Norte. 

 

No obstante, el Gobierno mexicano ha mantenido una actitud prudente ante el proceso que aún continúa, en espera de la solución legal y la conclusión definitiva de las controversias que tienen lugar en el vecino país, para poder manifestar una postura al respecto. 

 

Sin adelantar vísperas, llegará el momento de felicitar al ganador, lo que, a propósito, no es parte de las obligaciones de los Estados, sino una práctica fuera de protocolos que usualmente se usa para desear buena fortuna a las y los mandatarios democráticamente electos. En este punto no hablamos siquiera del reconocimiento de un Gobierno, sino de un saludo a quien representará al poder soberano de una nación amiga, que, con independencia del resultado de su proceso electoral, será parte fundamental de la cooperación internacional para el desarrollo de ambas naciones. 

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha manifestado su intención de apegarse a los principios de autodeterminación de los pueblos y no intervención, que le mandata la Constitución federal, y esta postura se ha replicado en prácticamente todo el Gobierno federal, demostrando la unidad que existe al respecto. Una vez que el proceso concluya, las instituciones mexicanas estarán listas para trabajar en conjunto con el ganador. 

 

En el Congreso de la Unión existe especial interés en continuar impulsando la cooperación internacional, en particular, adecuando y vigilando la correcta aplicación del T-MEC, para obtener el mayor provecho de este instrumento internacional, que es el más importante y con el que contamos para la reactivación económica y la progresión de las condiciones favorables en materia económica de México, con el fin de elevar la productividad, el intercambio comercial, el flujo de capitales, la inversión y el desarrollo de todos los sectores de la sociedad. 

 

El Senado ha demostrado su gran interés en mantener relaciones internacionales de cooperación y amistad con Estados Unidos, celebrando reuniones de trabajo con la Secretaría de Relaciones Exteriores para aprobar el acuerdo comercial, y modificando el marco legal, para adecuar la legislación de nuestro país a las disposiciones laborales en él contenidas, con lo que se envió un mensaje de unidad, responsabilidad, certidumbre y liderazgo global. 

No olvidemos que el 20 de enero de 2021 comienza el nuevo periodo presidencial en aquella nación. El 8 de diciembre es la fecha del “puerto seguro”: aquella establecida por la ley para que los 50 estados terminen los recuentos, como una forma de dar certidumbre ante la disparidad en las legislaciones electorales locales estadounidenses; el 14 de diciembre, las y los delegados se concentrarán en cada capital de estado para oficializar su voto, y entre el 3 y el 6 de enero, el Congreso federal se reunirá en Washington para certificar el resultado de la elección. 

 

En consecuencia, la postura de prudencia que ha impulsado el presidente López Obrador implica evitar malentendidos, pero también respetar el proceso democrático de otras naciones, que tienen la misma obligación hacia México y sus procesos. 

 

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