Foto: Reuters En su país lo consideraron como un futbolista que lo tenía todo y era distinto, en Europa coincidieron y no tardó demasiado en emigrar a la mayor vitrina: el Real Madrid  

Castigado como pocos por las lesiones, pero siempre empecinado en volver una vez más, Fernando Gago tomó la decisión de poner punto final a su carrera como futbolista a los 34 años de edad y por decisión propia, y no porque el enseñante destino se la volviera a hacer.

Surgido de las inferiores de Boca Juniors, Gago fue nombrado como el sucesor de Fernando Redondo, quien fuera uno de los mejores mediocentros del mundo y que brilló por su virtuosismo con la pelota, la elegancia de su juego y la visión y lectura únicas.

El chico que irrumpió en la Liga Argentina en 2004 rápidamente mostró esos mismos dotes que su referencia. En su país lo consideraron como un futbolista que lo tenía todo y era distinto, en Europa coincidieron y no tardó demasiado en emigrar a la mayor vitrina: el Real Madrid.

En 2007 aterrizó en la capital española para estar a las órdenes de Fabio Capello en la Casa Blanca, donde se mantuvo cuatro años y consiguió un par de ligas.

Sin embargo, la pesadilla comenzó ahí sin que el mundo supiera la gravedad del asunto. Durante un juego de Champions ante el Liverpool, Gago sintió la primera de tantas molestias que iba a padecer.

“Hace más de 10 años tengo el dolor en los Aquiles. En ese partido me empezó un dolor fortísimo.

Durante un año entrené con un botín dos números más grande, el roce de la sábana me dolía. Tenía que dormir con el pie fuera de la cama. Yo no podía caminar descalzo en la playa”, confesó a un medio argentino

Cambios de aprendizaje

Con el paso del tiempo y con las lesiones en ambos talones que empeorando, Gago salió del Madrid con rumbo a Italia. La Roma fue el equipo que le dio la oportunidad de continuar en el Viejo Continente y Luis Enrique el encargado de llevarlo.

A pesar de no considerarse uno de los mejores pasajes de su carrera, fue el momento dio un salto de calidad en su futbol con “Quien me abrió la cabeza fue Luis Enrique. Me dio la posibilidad de entender dónde tenía que recibir la pelota para no recibir de espalda, si yo estaba en algún problema, dónde tenía la solución. Fueron detalles que me los hizo ver con su sistema”, confesó al periodista Juan Pablo Varsky.

Regreso a casa, regresa la alegría

Después de la experiencia en Roma, llegó la oportunidad de recalar en el Valencia, donde no encontró regularidad y la opción de regresar a la Argentina fue la mejor para mantenerse en la competencia.

Vélez fue el club que le abrió la puerta en 2013 y de inmediato los logros cayeron. Conquistó con el Fortín la Superfinal Argentina ante Newell’s, lo que hizo que Boca fuera por él.

El regreso al Xeneize dio a Gago nuevos aires y se le veía nuevamente en un gran nivel. Ya no era la obligación del fuelle físico para alinear, como era el requisito en Europa, ahora era la inteligencia la que predominaba para encontrar los espacios y que Sudamérica lo permitía.

Ese buen momento en Boca reflejó en la Albiceleste, donde fue convocado para el Mundial de Brasil 2014, mismo en el que se quedó muy cerca junto a un grupo de buenos jugadores, incluido Messi, de ser campeones del mundo.

El viacrucis

Tras la cita mundialista, Gago iba a enfrentar la etapa más difícil de su carrera, pero también la que más se le reconoce y se recordará de él por siempre.

Fue en 2015, ante River Plate que detonó la bomba. Rotura del tendón de Aquiles izquierdo. Baja, pero que en cuatro meses estaba en el ruedo otra vez.

2016, un puñado de partidos encima tras la lesión, una vez más River el rival, y llegó un golpe tremendo: rotura del Aquiles, nuevamente el izquierdo, pero siete meses fuera fue el tiempo que pasó.

Eliminatorias rumbo a Rusia 2018, cancha de Boca y Perú como rival, los ligamentos de la rodilla derecha no aguantaron y se partieron. El sueño del Mundial se esfumó.

Momento tremendo en 2018, a un paso del título de Libertadores y en Madrid, la final que nunca se olvidará, vio como su aquiles derecho se rompía, ocho meses fuera. No se podía creer.

En una primera instancia, informó a sus compañeros que no iba más, pero con la cabeza fría y un deseo de su hijo por verlo en la cancha hicieron que un regreso más fuera posible.

Reincorporado y con una nueva oportunidad que le dio Vélez, donde portó el 6 de Redondo, Gago emprendió un nuevo desafío. Sin embargo, el destino lo hizo de nuevo.

Los ligamentos, ahora en la rodilla izquierda no soportaron. Otra caída en la que la pandemia enmascaró la rehabilitación. Otro regreso que la misma pandemia no enalteció, pero que sirvió para que Gago, por su propia voluntad, colgara los botines.

Adiós y satisfacción

Gago anunció su retiro hace un par de días. En medio del silencio que propicia la pandemia y que pensaba un poco lo mediático al fútbol.

Fiel a su estilo, el 6 de Vélez publicó el mensaje de despedida en sus redes sociales. Así, sin drama ni romanticismo exagerado puso punto final a su etapa en la cancha.

“Ahora me encuentro sin problemas físicos, cumplí los objetivos que me propuse y por eso decido dar un paso al costado, sintiendo la felicidad de dejar el fútbol a mi manera , por decisión mía, en el momento indicado”.

FERNANDO RUBÉN GAGO
Nacimiento: 10 de abril de 1986
Nacionalidad: argentino
Estatura: 1.78 m.
Posición: mediocentro

CLUB PARTIDOS GOLES
Boca Juniors 199 8
Real Madrid 123 1
Roma 32 1
Vélez Sarsfield 24 0
Valencia 18 0

LESIONES MÁS FUERTES DEL 5 XENEIZE
FECHA PARTIDO LESIÓN RECUPERACIÓN
13/09/2015 River 0-1 Boca Rotura del tendón de Aquiles izquierdo 4 meses
24/04/2016 Boca 0-0 River Rotura del tendón de Aquiles izquierdo 7 meses
05/10/2017 Argentina 0-0 Perú Rotura de ligamentos rodilla derecha 7 meses
09/12/2018 River 3-1 Boca Rotura del tendón de Aquiles derecho 8 meses
30/01/2020 Vélez 1-1 Aldosivi Rotura de ligamentos rodilla izquierda 7 meses

NÚMERO
1,516 días son los que Fernando Gago estuvo en rehabilitación por las múltiples lesiones que sufrió a lo largo de sus casi 16 años de carrera profesional

FRASES FERNANDO GAGO
“Yo miro hacia atrás y veo que salí cuatro veces, no que me lesioné cuatro veces. ¿Quién salió cuatro veces?”

“Entendí que la última parte de mi vida deportiva era así, la acepté y luchaba contra eso para volver a jugar al futbol”

“Volví porque mi hijo pidió como deseo que yo regresara a jugar. Rompí en llanto y dije tengo que volver, no se cómo, pero tengo que volver”

“Yo sabía que tenía ese riesgo de romperme, pero no me importó, nunca me importó”

LEG