Los arrestos o enjuiciamientos en los EE. UU. contra personalidades políticas de otros países sólo confirman que el problema de las drogas se encuentra justamente en la casa estadounidense: el consumo determina la oferta; y las cadenas de corrupción tienen que ver con el suministro de droga a los adictos y consumidores americanos.

El día en que la Casa Blanca y sus agencias de seguridad que tienen que ver con la droga decidieran de manera decisiva terminar con el tráfico de drogas, en las calles de los EE. UU. estallaría la violencia de cuando menos 30 millones de adictos. Algunos escenarios reducidos han mostrado que al aumentar el precio de las drogas o bajar la disponibilidad, los adictos salen a las calles a robar; y primero van tras las personas de la tercera edad, luego las gasolineras, después las tiendas de comestibles y siguen con transeúntes.

En este sentido, la verdadera política antidrogas de los EE. UU. no radica en realizar operaciones policiacas para romper cadenas de suministros, sino para hacerse del control del tráfico, venta y lavado de dinero.

Y de cuando en cuando las autoridades estadounidenses tienen que reconocer que el problema más importante de los EE. UU., después de los adictos, está en la corrupción interna: la droga, la venta en las calles y el lavado es un asunto interno del Gobierno estadounidense y el tráfico y consumo no podría existir sin la corrupción de autoridades de todos los niveles en el Gobierno y sus oficinas encargadas de impedirlo.

La actual estrategia antidrogas de los EE.UU. consiste en tomar el control de las redes del narco que tienen su sede en cárteles en otros países y el objetivo final es manejar los fondos productos del tráfico y venta de drogas.

De ahí, pues, que existe la certeza de que el narcotráfico seguirá en tanto existan y aumenten los adictos estadounidenses.

Así de simple.

Zona Zero

· Esta semana se conocerá el relevo de Alfonso Durazo Montaño en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero con la certeza de que la estrategia y supervisión es tema personal del Presidente de la República. Y que el sucesor continuará las tareas que se deciden en Palacio Nacional en las reuniones diarias de seguridad. Y que no habrá cambio en el objetivo de construir la paz y no regresar a la guerra contra cárteles.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

 

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