Es conocido como el padre del llamado “milagro económico” boliviano, ya que durante el primer periodo presidencial de Evo Morales logró mejorar la economía del país andino con una estrategia de nacionalización de varios sectores, entre ellos el de hidrocarburos (2006), así como impulsar el mercado interno.

Él es Luis Arce Catacora, quien logró aumentar el Producto Interno Bruto (PIB) de 9 mil 500 millones de dólares a 40 mil 800 millones anuales, además de reducir los niveles de pobreza de 60% a 37%, según cifras oficiales, con esto se beneficiaron varios proyectos sociales que Evo prometió apoyar durante su campaña presidencial, como el de las mujeres embarazadas, escuelas y ancianos, así como invertir en la industria del litio y gas natural, para su exportación.

Arce se enfrenta ahora a un gran reto, pues el pasado 18 de octubre obtuvo la mayoría de votos para ocupar la presidencia de Bolivia, arrasando en la primera vuelta contra su principal contrincante, Carlos Mesa, quien obtuvo 31% de los sufragios.

Según analistas, este triunfo se lo debe a los seguidores de Evo Morales, que en su mayoría son personas indígenas, que representan 41% de la población boliviana, y la otra parte a la clase media, quienes se sintieron identificados con el candidato, pues tienen la esperanza de que el economista pueda solucionar la crisis económica por la que pasa el país y que se agravó con la pandemia por el coronavirus y la caída de los precios del gas natural.

Al enterarse de su victoria, el exministro de Economía declaró: “Todos los bolivianos hemos dado pasos importantes, hemos recuperado la democracia y la esperanza”.

¿Será que el también conocido “delfín” de Evo Morales demuestre sus habilidades en el mar de problemas por el que atraviesa su nación, o simplemente sea el pase de regreso de Evo a Bolivia?

LEG