José Ureña

Ya estuvo la reacción a la derrota dominical.

Consta de dos instrucciones.

La primera:

Apurar las reformas para asegurar la consulta sobre los ex presidentes el mismo día de las votaciones intermedias del Gobierno.

Junio de 2021.

La segunda:

Asegurar, con consultas a modo, a un incondicional al frente de Morena.

Ni para qué especular sobre la permanencia del incómodo, por razones personales, familiares y de filiación política, de Alfonso Ramírez Cuéllar.

El elegido, lo hemos dicho aquí, es Mario Delgado.

La maquinaria trabaja con eficiencia y por supuesto todas las encuestadoras hablan de la ventaja del coordinador parlamentario sobre Porfirio Muñoz Ledo.

Poco importa el resultado de los dos sondeos anteriores, ambos ganados por Muñoz Ledo: la primera con gran diferencia sobre varios competidores y la segunda con un margen estrecho.

Pero tendencias son tendencias y ellas lo acreditaron.

A DOBLAR AL LEGISLATIVO

Lo más difícil se refiere a la encuesta.

Ya la Sala Superior de la Corte, con el voto inicial de su presidente Arturo Zaldívar, avaló someter la aplicación de la ley a la voluntad popular.

Poco importa el mandato constitucional, del Código Penal Federal y demás ordenamientos jurídicos sobre la obligación de las autoridades de castigar delitos, sea por oficio o denuncia mediante.

No piensan lo mismo seis ministros: Arturo Zaldívar, Alberto Pérez, Alfredo Gutiérrez, Juan Luis González, Yasmín Esquivel y Margarita Ríos.

Vale la pena a quienes manifestaron la inconstitucionalidad de la propuesta: Javier Laynez, José Fernando Franco, Jorge Delgado Rebolledo, el ponente Luis María Aguilar y Norma Lucía Piña.

Los seis primeros dieron la herramienta y el Congreso de la Unión se encargará de completar la voluntad presidencial de estar en la boleta en junio de 2021.

Ya se trabaja en la reforma y, al momento de cumplir órdenes, poco importarán al Poder Legislativo la norma y los señalamientos de Lorenzo Córdova sobre la ilegalidad de reformas ya iniciado el proceso electoral.

Y ya estamos en el, pero Coahuila e Hidalgo demostraron la debilidad de Morena sin la imagen presidencial en la boleta.

EL FRACASO DE BEJARANO

En 1997 René Bejarano saltó a la fama.

Entonces punteaba el panista Carlos Castillo Peraza para jefe del DDF, pero cometió errores infantiles.

Confrontó a la prensa y su imagen empezó a deteriorarse mientras Cuauhtémoc Cárdenas remontaba en las encuestas.

Su coordinador de la campaña, René Bejarano, se posicionó como estratega y en su empeño cooptó a José Luis Alonzo, dueño de las estructuras priistas en la capital.

Ganaron.

Con esos méritos lo jaló en 2000 el entonces candidato en la ciudad y, con apoyo de Rosario Robles, ratificaron la victoria perredista.

Luego vinieron los videoescándalos y, sabida historia, cosechó desprestigio y se aisló.

Desde las sombras ha estado con el tabasqueño y encargo de su jefe fue manejar las elecciones de Hidalgo para Morena.

No da buenas cuentas.

Pero ya litigan en tribunales –local y federal- para revertir la derrota aunque la lucha inicial comenzará hoy con el recuento en los 84 municipios de esa entidad.

LEG

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