La determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación llegó cuando las cubas de Matusalem se sirven solas.

Y haiga sido como haiga sido, México Libre y su promotor Felipe Calderón fueron rechazados para participar en la vida electoral del país.

Calderón y su esposa, la señora Margarita, patalearon en las redes. Él calificó la decisión del Tribunal de injusta. Falto de memoria el señor Calderón, pues para su conveniencia, una determinación del mismo Tribunal lo invistió como Presidente de México sin haber ganado la contienda.

La señora Zavala fue más allá. Su talante salió a flote y llamó cobarde a los magistrados electorales. Lejos quedó la mujer inteligente y siempre cauta. Perdió el acceso a los dineros que da un registro como partido y se enojó.

El matrimonio Calderón Zavala vivió la frustración de recibir una sentencia adversa que les canceló, en lo inmediato, regresar a la vida política del país. Pero que ellos no se vean beneficiados con el registro de su partido no se compara con el daño que le hizo a México que en 2006 ese mismo Tribunal no anulara la fraudulenta elección presidencial con la que Felipe Calderón llegó al poder y comenzó así una crisis de Derechos Humanos que no tiene fin.

Mal perdedor es Calderón, que se inconforma con la autoridad porque hoy lo cacharon en la trampa. Y cuando la señora Zavala llama cobardes a los magistrados, no es sino la voz de Calderón la que se escucha lastimera.

Yo veo a ese matrimonio regresando al PAN. Creo que la decisión de los magistrados electorales no le permitió a la ciudadanía mandar a la basura a Calderón y su negra historia. Morena habría tenido una gran oportunidad de contrastar posturas en campaña. Los que buscan refundar la Nación ante los que refundieron a México.

Lo que vimos ayer, ya muy entrada la noche, fue el haiga sido como haiga sido, pero invertido.

La Letrina. La operación Zócalo, emprendida por la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, comandada por Santiago Nieto y la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México, liderada por Omar García Harfuch, le asestó un durísimo golpe a la delincuencia organizada que opera en la capital del país. Las cuentas congeladas ya no les permitirán a los delincuentes financiar el terror en sus zonas de influencia. Ahora, tanto la SSC-CDMX como la UIF deberán asestarle un golpe certero a quienes, desde los cargos públicos, han cuidado y protegido a los delincuentes. Solo así se acabará la inseguridad que se vive en la Ciudad de México.

 

                                                                                                                                         @Fercoca