En la madeja de corrupción que articuló y encubrió Peña Nieto, aparece hoy el nombre de Félix Salgado Macedonio.

En 2013, después de las inundaciones ocasionadas por el huracán Ingrid y la tormenta Manuel, que terminaron con el patrimonio de casi dos mil familias en Acapulco, el entonces presidente Peña Nieto ordenó una investigación para castigar a los responsables. Los resultados de esas diligencias nunca se dieron a conocer al público, como había sido prometido.

Hoy, una filtración del estudio oculto, revela que el gobierno de Peña Nieto intentó proteger al exalcalde de Acapulco y hoy Senador con licencia, Félix Salgado Macedonio, por su responsabilidad en las pérdidas de 1,290 viviendas acapulqueñas, y el riesgo al que están todavía expuestas las vidas y el patrimonio de miles de familias en el puerto de Acapulco.

El informe que hoy conocemos y que escondió la administración Peña Nieto, da cuenta de 89 licencias de construcción que Félix Salgado Macedonio otorgó a pesar de haber sido advertido oficial y oportunamente por el INFONAVIT, del riesgo de inundación que corrían los terrenos de Llano largo. La inundación ocurrida en 2013 era previsible y debía ser evitada.

Ignorando la advertencia de la subgerencia del área técnica de la delegación regional del INFONAVIT, dirigida a Félix Salgado Macedonio, el entonces presidente municipal de Acapulco habría cometido diversos delitos por la expedición de licencias de construcción en zonas de riesgo, al ignorar el Plan Director Urbano de la Zona Metropolitana de Acapulco, así como expedir un sinnúmero de permisos que contravenían las disposiciones jurídicas del estado. Según el informe, Félix Salgado Macedonio habría cometido los delitos de daños, peligro de devastación, ejercicio indebido del servicio público y desempeño irregular de la Función pública.

Félix Salgado decidió coludirse con desarrolladores inmobiliarios para permitir la construcción de al menos 29 conjuntos habitacionales que se ubicaron en zonas de alto riesgo e, incluso, en zonas federales. En esa operación, el entonces alcalde contó con la complicidad de diversos funcionarios federales del gobierno panista de Felipe Calderón, que fueron omisos para impedir la construcción en una zona de humedales y manglares.

Los permisos se dieron a pesar de que los conjuntos iban a ser construidos en suelo con tipo de aprovechamiento agrícola, por la fraudulenta autorización del cabildo de Acapulco que también presidía Félix Salgado, para cambiar a un uso habitacional y turístico. Las licencias de construcción debieron negarse no sólo en términos del riesgo, sino también por el alto número de viviendas a las que no se podía garantizar las mínimas condiciones óptimas de servicios públicos, que hasta la fecha siguen siendo insuficientes para atender a las familias que allí habitan.

LEG