Para mantener su papel hegemónico, Estados Unidos ha sido un muy buen ejemplo en cuanto a la solidez de su democracia y el pulcro manejo de su sistema electoral, por muy complejo que éste parezca. Sin embargo, Donald Trump está a unos días de dinamitar este baluarte si los resultados de la elección del próximo 3 de noviembre no le son favorables.

Trump ha sido muy disciplinado en su mensaje. Su retórica explosiva y cargada de descalificaciones se ha enfilado en hacer creer que existe un alto riesgo de fraude electoral en su contra y que el voto por correo, que en esta ocasión será ampliamente utilizado por las condiciones de pandemia, está diseñado para desfavorecerlo en los comicios que lo enfrentarán con el demócrata Joe Biden.

La prestigiada revista The Atlantic, en un artículo firmado por el periodista Barton Gellman, alerta sobre una probable crisis constitucional sin precedentes. En este año de pandemia, recesión y política catastrófica, las condiciones están dadas para que se consuma una crisis constitucional que dejaría a la nación sin un resultado creíble, pues no se cuenta con un mecanismo de solución ante esta calamidad”, sostiene quien fuera ganador del premio Pulitzer.

Gellman asegura que “los equipos legales estatales y nacionales de Trump están sentando las bases para maniobras postelectorales a fin de eludir los resultados y el recuento de votos en los estados complicados. Las ambigüedades en la Constitución y las bombas lógicas en la Ley de conteo electoral podrían extender la disputa hasta el día de la toma de posesión (20 de enero de 2021), lo que llevaría a la nación al precipicio”.

Bastaría con que Trump desconozca los resultados y que la disputa por el recuento de votos se fuera a la Suprema Corte, en donde los conservadores son mayoría, o bien al Colegio Electoral, constituido en el Congreso sobre la base de un representante por estado, con una mayoría de 26 votos en favor del actual Presidente.

La estrategia postelectoral de Trump iría más allá de la retórica y las amenazas. Se trataría de un detonante de inestabilidad política en la aún primera potencia económica, desestabilizada ya por el errático manejo de la pandemia, además de un pésimo precedente para el mundo.

Pocas son las probabilidades de que lo anterior deje de ocurrir si Trump resulta derrotado el 3 de noviembre. La única salida que tendría Estados Unidos para evitar esta anunciada crisis es el voto masivo de los ciudadanos a favor de Joe Biden, con una ventaja significativa que orillara al actual huésped de la Casa Blanca a aceptar el veredicto de sus gobernados.

Se avecinan semanas complicadas para Estados Unidos. Aún no sabemos si tan candentes como los tiempos postelectorales en el México de 2006.

Segundo tercio. Este fin de semana Morena se juega su futuro. El Instituto Nacional Electoral dará a conocer en las próximas horas el resultado de la encuesta que tres empresas levantaron para definir a los nuevos dirigente nacional y secretario general. Ante la imposibilidad de celebrar un proceso interno, este partido tuvo que recurrir a este inusual método.

Tercer tercio. Dos visiones se la juegan dentro de Morena: la conciliación que representa Mario Delgado o la incongruencia y disputa que enarbola Porfirio Muñoz Ledo.

                                                                                                                                                    @EdelRio70