Foto: Reuters Como si fuera una señal, los científicos dijeron que de la vasta capa de hielo sobre Groenlandia se desprendió de un trozo de hielo de 113 kilómetros cuadrados el mes pasado  

En el borde de una parte congelada del océano Ártico, el hielo se ve frágil. Donde una vez gruesas capas de hielo se asentaron sobre el agua, ahora una leve capa de nieve esponjosa se desliza y balancea sobre las olas.

Desde la cubierta de un barco de investigación bajo un cielo claro y brillante, el “capitán de hielo” Paul Ruzycki reflexionó sobre lo rápido que está cambiando la región desde que comenzó a ayudar a las embarcaciones a navegar entre los icebergs en 1996.

“No hace mucho, escuché que tenían que pasar 100 años antes de que el Ártico estuviera sin hielo en el verano”, sostuvo. “Luego escuché 75 años, 25 años, y recientemente escuché 15 años. Esto se está acelerando”.

Como si fuera una señal, los científicos dijeron que de la vasta capa de hielo sobre Groenlandia se desprendió de un trozo de hielo de 113 kilómetros cuadrados el mes pasado. La sección del glaciar Spalte, al noroeste de la isla ártica, se agrietó durante varios años antes de finalmente se desligó el 27 de agosto, informó el Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia.

Mientras el cambio climático aumenta las temperaturas del Ártico, la capa de hielo marino que alguna vez fue sólida se ha reducido a mínimos en los últimos años. Se espera que el mínimo de este año, a unos días de ser declarado, marque la segunda menor extensión en cuatro décadas de registros.

Deshielo acelerado

El mínimo histórico de 3.41 millones de kilómetros cuadrados, alcanzado en septiembre de 2012 después de que una tormenta ciclónica rompió el hielo restante, no está muy por debajo de lo que vemos en la actualidad.

“No hemos vuelto en absoluto a los niveles de hace 30 o 40 años”, dijo la climatóloga Julienne Stroeve del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve en Boulder, Colorado. Y a medida que se profundiza el cambio climático, los científicos dicen que es poco probable que el hielo marino vuelva a cotas pasadas.

De hecho, la región congelada ya está cambiando a un ciclo climático completamente nuevo, marcado por las tendencias crecientes del derretimiento de los hielos, el aumento de la temperatura y los días lluviosos, según una nueva investigación publicada en la revista Nature Climate Change.

Esos hallazgos, dijo la científica especialista en clima Laura Landrum, son “desconcertantes”.

“El nuevo clima no puede predecirse por el clima previo”, explicó Landrum. “La variabilidad de un año a otro, el cambio en muchos de estos parámetros, se está moviendo fuera de los límites de fluctuaciones pasadas”.

Los mínimos registrados por la capa de hielo marina, en particular, son ahora aproximadamente 31% más bajos que en la década posterior a 1979, cuando comenzaron los seguimientos satelitales. El hielo también ha perdido alrededor de dos tercios de su volumen.

Calentamiento global en aumento

Esta desaparición del hielo marino también contribuye al calentamiento de la región. La extensión blanca es reemplazada por parches de agua oscura que absorben la radiación solar en lugar de reflejarla fuera de la atmósfera. El proceso, conocido como amplificación del Ártico, ayuda a explicar por qué el Ártico se ha calentado más del doble de rápido que el resto del mundo durante las últimas cuatro décadas.

El polo norte probablemente también verá más días de lluvia en lugar de nieve, lo que derretiría aún más el hielo. Para la nueva investigación, Landrum y su colega Marika Holland, del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, analizaron datos del hielo marino, temperaturas atmosféricas y precipitaciones desde 1950 para proyectar escenarios climáticos hasta finales de siglo.

De vuelta en el océano Ártico a bordo del barco Arctic Sunrise de Greenpeace, la bióloga de la Universidad de Exeter Kirsten Thompson dijo que el nuevo estudio es importante para subrayar “qué tan rápido está cambiando el Ártico”.

Para Thompson, eso significa un gran cambio en la vida silvestre de la región, desde osos polares e insectos hasta ballenas.

“Podríamos encontrar que en el Ártico habrá ganadores y perdedores”, a medida que nuevas especies ingresen a la región y se impongan a los animales nativos. “Ciertamente, otras especies no podrán sobrevivir en el futuro”.

El agujero de ozono mide 23 millones de kilómetros cuadrados

El agujero de ozono que se abre anualmente sobre la Antártida ha alcanzado su pico en 2020 y es uno de los más grandes y profundos de los últimos años, anunció la Organización Meteorológica Mundial (OMM) este martes.

Este año, el fenómeno creció rápidamente desde mediados de agosto y alcanzó un máximo de alrededor de 24 millones de kilómetros cuadrados a principios de octubre. Ahora cubre 23 millones de km2, un tamaño por encima del promedio de la última década, y se extiende a la mayor parte del continente antártico.

La portavoz de la OMM en Ginebra, Claire Nullis, explicó a los periodistas que el gran agujero de ozono en 2020 ha sido impulsado por un vórtice polar fuerte, estable y frío, que mantuvo la temperatura de la capa de ozono sobre la Antártida constantemente fría.

“El aire ha estado por debajo de -78 grados centígrados y esta es la temperatura que se necesita para formar nubes estratosféricas. Es un proceso bastante complejo, pero básicamente, el hielo en estas nubes desencadena una reacción que luego puede destruir la capa de ozono. Entonces, es por eso por lo que estamos viendo un gran agujero”, dijo.

Las nubes estratosféricas polares contienen cristales de hielo que pueden convertir compuestos no reactivos en reactivos, y que destruyen rápidamente el ozono a través de reacciones químicas con la luz del sol. Esta interrelación de las nubes polares y la radiación solar es la razón principal por la que el agujero de ozono solo se ve a fines del invierno o principios de la primavera.

Los científicos del Servicio de Monitoreo Atmosférico Copernicus de la Unión Europea han observado que las concentraciones de ozono estratosférico se han reducido a valores cercanos a cero en la Antártida en altitudes de 20 a 25 km de altitud, con la profundidad de la capa de ozono llegando justo por debajo de las 100 unidades Dobson, aproximadamente un tercio de su valor típico fuera de eventos del agujero de ozono.

Durante la temporada de primavera del hemisferio sur (agosto-octubre), el agujero de ozono sobre la Antártida aumenta de tamaño, alcanzando un máximo entre mediados de septiembre y mediados de octubre. Cuando las temperaturas en la atmósfera (estratosfera) comienzan a subir a fines de la primavera del hemisferio sur, el agotamiento del ozono se ralentiza, el vórtice polar se debilita y finalmente se descompone, y para fines de diciembre los niveles de ozono han vuelto a la normalidad.

NUMERALIA
40% ha disminuido el grosor del hielo ártico en los últimos 30 años.

19 cm ha aumentado el nivel del mar desde 1901.
A partir de un de

2 ºC aumentó la temperatura media global y los peores efectos del cambio climático comenzarán golpear la vida en el planeta.

Lo que debes saber

La bióloga de la Universidad de Exeter, Kirsten Thompson explica que muchas especies de animales se verán afectadas y muchas de ellas no van a sobrevivir; algunas de los afectados serán los osos polares, insectos y ballenas.

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