Las personas LGTB de El Salvador, Guatemala y Honduras que se desplazan a Estados Unidos huyendo de la discriminación y la violencia en sus países ven frustrado su sueño de asilo por las directrices migratorias cada vez más restrictivas de Washington, denunció ayer la organización Human Rights Watch (HRW).

En un informe titulado “Vivo cada día con miedo”, HRW documentó el acoso que sufren lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (LGBT) en los tres países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica por parte de pandillas, agentes y sus propias familias, sin que las autoridades las protejan.

Eso “ha llevado a muchos a buscar asilo en Estados Unidos”, detalló HRW, que entrevistó a 116 víctimas del fenómeno. “Sin embargo, las políticas de la administración del presidente Donald Trump ha hecho casi imposible que obtengan asilo”, denunció la organización.

La oficina de Inmigración y Control de Aduanas de EU no ha replicado. Con el pretexto de la pandemia, Washington cerró las fronteras terrestres del país a los solicitantes de asilo y, en junio, los departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional plantearon prohibir asilo a los inmigrantes por motivos de “género”.

El Departamento de Justicia emitió en septiembre otra regulación que acorta los tiempos para las solicitudes de asilo y permite que los jueces de inmigración introduzcan sus propias pruebas en esos casos, aunque esos indicios reflejen prejuicios contra la comunidad LGTB.

El informe pone como ejemplo de la tragedia el caso de la transgénero salvadoreña Camila Díaz, deportada en 2017 desde la nación norteamericana, a donde había huido por amenazas contra su vida, y muerta al regresar a su país a manos de tres policías que fueron condenados a 20 años de prisión en julio.

LEG