Luis Miguel Martínez Anzures

 

Pronosticar los sucesos económicos es siempre una práctica muy arriesgada e incierta. Muy pocas veces la realidad se asemeja a los augurios de los analistas y expertos en el tema. Pese a ello, los individuos siempre quieren tener alguna guía o visión hacia adelante. A esta previsión se le valora más que a la visión retrospectiva, por que con ellas se pueden tomar prevenciones que ayuden a proteger el patrimonio de los seres humanos. Otra razón para conocer el futuro es que quizás con este conocimiento, se puede sacar ventaja en el ambiente de la competencia económica. Sin embargo, con el grado de incertidumbre existente, la práctica de conocer lo que sucederá, es aún más incierta. No obstante, se intentará llevar a cabo, un resumen de cómo se están viendo las cosas en México y el mundo.

La casa de bolsa Bursamétrica estima una contracción de la economía mundial de -4.9% anual, para este año que se encuentra en el último trimestre de su existencia. Mientras que para el 2021, el escenario básico plantea una recuperación de 4.5% anual, asumiendo como un hecho, que sea factible desarrollar una o varias vacunas y que éstas mismas, se puedan producir y aplicar en una muy amplia porción de la población por parte de los gobiernos. Pero estas predicciones tienen una amplia dispersión ya que existen regiones mucho más afectadas que otras. Todo esto responde por supuesto, a la heterogeneidad de la sociedad mundial.

En medio de esta inestabilidad socioeconómica, América Latina parece ser junto con Estados Unidos, India y Europa, una de las regiones más afectadas del planeta ante la crisis generada por el Covid-19, tanto en el aspecto de la salud como en el aspecto económico. Brasil, Perú y México, se encuentran en los primeros lugares en número de contagios y decesos.

Si se toman en consideración a las siete principales economías de la región latinoamericana, incluyendo a México, se pronostica que el Producto de esos países, va a caer 7.9% anual en este año, después de un pobre crecimiento de 1.0% anual en 2019. A pesar de esta difícil situación, el año próximo se espera una recuperación en el promedio ponderado de estos siete países que gravite en el rango de 4.1%l.

En contraparte Europa Occidental, es sin duda la región más afectada, con una contracción estimada de 9.0%, y una recuperación de sólo 5.4% en el mismo período de tiempo. Otro dato para considerar es que existe una marcada pluralidad en la afectación al interior de los países que integran esta región, así como en las políticas públicas que se están aplicando en cada uno de ellos, ya que son muy diferentes. Por ejemplo, en Alemania, el programa fiscal representa 40% del PIB, mientras que en otros países del orbe, la media se sitúa en un 30%.

En EU y Canadá, los dos países con los que México está asociado en el TMEC, se está esperando una contracción que se ubique en el 4.5% en este año, y sufra un rebote de 3.9%, para el siguiente. Ahora bien, en este sentido, no hay que olvidar que la economía de EU está recibiendo una inyección de liquidez equivalente a 15% del PIB del lado monetario (Reserva Federal), y de 15 % del PIB del lado fiscal. Así que una reacción de recuperación de 3.5 a 4.0% se vislumbra muy factible, aunque su solvencia, pudiera tener estragos en un futuro inmediato, debido a la volatilidad de los mercados internacionales y a la utilización de muchas de sus reservas económicas para tratar de equilibrar su balanza comercial.

En la región Asia Pacífico, China es la economía menos afectada, irónicamente, ya que la pandemia global proviene de allí. Su economía manifiesta claros signos de recuperación. Lo que no sucede con los países vecinos como Corea del Sur o Japón, que se encuentran de nuevo en una profunda recesión.

En el caso de México, se espera una contracción de -10% anual en este año y un crecimiento de 2.6% anual para el 2021. La débil situación del consumo, aunada a la importante contracción de la inversión pública y privada, y el austero presupuesto del gasto de Gobierno, pueden ser elementos que jueguen en contra de una recuperación más vigorosa y sustentable. Aún así, si los motores de la economía nacional pueden encender a través de un cambio inercial originado desde los grandes proyectos de infraestructura en el sureste del país que la administración del Presidente actual quiere consolidar, el panorama en el corto plazo pudiera beneficiar mucho a México. Así mismo, será imprescindible que el poder legislativo sea responsable con la aprobación de la nueva reforma fiscal para inyectar más dinamismo y certeza a los inversionistas extranjeros y nacionales.

Como se ha podido observar hasta ahora, las predicciones económicas en el contexto mundial serán un elemento determinante para el mercado nacional, si el Gobierno federal no consigue concretar de manera eficaz la inversión pública y la impostergable reforma fiscal que la nación necesita hoy más que nunca.

                                                                                                                                                      @Drlmma56