Ángel Álvaro Peña

En este momento el único político que puede reunir a los inconformes y darles forma a las protestas con un proyecto propio es Ricardo Anaya, excandidato presidencial y que ahora anuncia su regreso a la política después de dos años de ausencia.

Afirma que ese tiempo le dio un espacio al nuevo gobierno para que se asentara y colocara las bases de su administración, pero asegura que nada le funciona al nuevo régimen, que todo está mal, por lo que se animó para mostrar músculo con sus seguidores y poner en práctica sus conocimientos administrativos y políticos.

Por el momento a Ricardo Anaya no le conviene la cercanía con el PAN, de tal manera que pueda tender puentes hacia otros partidos para crear una alianza electoral que pueda competir con Morena y sus candidatos y avanzar en el Poder Legislativo para crear equilibrios, incluso, intentará ganar la mayoría en el Congreso.

Anaya debe estar lejos del PAN por dos razones fundamentales; la primera, para allanar el camino para que otros partidos se acerquen a su liderazgo; la segunda, esperar a que en ese partido ya no haya nada que huela a Felipe Calderón, quien podría regresar al blanquiazul si no es que antes se le llama a declarar en el caso de García Luna.

Lo cierto es que en los planes de Calderón está liderar a la oposición cuando en realidad carece de apoyo social. Lo que hace falta es darle consistencia a una oposición inconforme, pero que requiere no sólo de líder sino de proyectos en los que no sólo confluya la inconformidad sino el pensamiento de quienes no están conformes con la actual administración y, según Anaya para proyectos está su libro que está a punto de presentar, con 12 capítulos, donde resume buena parte de su proyecto de Nación.

La inconformidad social ante un Gobierno que no quieren, por diferentes causas, mantiene una característica: el individualismo. Este problema podría resolverse con un liderazgo fuerte, natural, renovado, jovial, actualizado.

A pesar de ser considerado un político de origen conservador, las diferentes corrientes de inconformidad que pudieran conjuntarse en su liderazgo lograrían crear un contrapeso no sólo electoral sino en el Congreso y se lograría darle una voz sólida a la oposición.

Para Anaya el PAN es sólo un partido más de los que pudieran reunirse alrededor de su figura, incluyendo al PRI y al PRD, que establecerían una plataforma común para encontrar coincidencias no sólo electorales sino de Gobierno. El excandidato a la Presidencia de la República considera que puede conjuntar la inconformidad que ahora se muestra no sólo desmembrada sino muy diversa.

Así, Anaya anunció que dará a conocer todos y cada uno de los 12 capítulos de su libro a través de videos para que se conozca su plataforma, la cual deberá ser muy equilibrada porque deberá dejar atrás los postulados panistas a los que le dieron la espalda los mexicanos en las elecciones de 2018.

PEGA Y CORRE. – Seguramente más de un funcionario le informa mal al Presidente, porque asegura que la gente está con él. Sólo en la gira por Veracruz, en todo lugar donde hubo acto oficial se mostró un gran descontento, a pesar de que Morena en las elecciones tuvo una votación aplastante, pero es probable que Andrés Manuel López Obrador esté hablando de otro país, donde la gente apoya a su Presidente… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

                                                                                                                         angelalvarop@hotmail.com