Es bien sabido que al titular del Ejecutivo federal le son incómodas las críticas hacia su Gobierno, por lo que suele estigmatizar a sus opositores.

Durante un evento en Veracruz, ciudadanos inconformes con la administración actual, comenzaron a gritar “¡Fuera López!” Lo que evidentemente no fue del agrado del presidente López Obrador, quien señaló que no dará tregua a la oposición.

Una de las problemáticas más graves de la Cuarta Transformación es que se ha empeñado en dividir a los mexicanos en “buenos y malos”, “liberales y conservadores”.

En un Estado democrático, deben existir los pesos y contrapesos. Por ello, la oposición no debe ser amenazada por quien dirige el Gobierno. Su papel es analizar las propuestas del Ejecutivo federal y buscar lo mejor para nuestro país. No se trata de contradecir al Presidente de la República, sino de señalar lo que está mal y proponer una solución.

Sin duda, las malas decisiones de este Gobierno han generado afectaciones en la economía, la seguridad y la salud de los mexicanos. Es imperante que se redirija el rumbo y se construyan políticas públicas en favor de quienes más lo necesitan.

A quien no debería darle tregua el Gobierno es a la inseguridad y a la violencia que consume a nuestro país, ya que, por ejemplo, 81 personas son asesinadas diariamente. Tan sólo en la presente administración, se han registrado 11 mil 952 personas desaparecidas y no localizadas que forman parte de las 75 mil 366 personas reportadas en el Registro Nacional sobre la materia.

El primer mandatario tampoco debería dar tregua en el combate al feminicidio, ya que ha aumentado en casi 9%. Lamentablemente se cometen 78 asesinatos al mes. Está claro que la violencia en contra de las mujeres no ha disminuido, al contrario, se ha recrudecido. Tampoco debe dar tregua para generar mejores oportunidades, ya que a la pérdida de más de 12 millones de empleos, la pobreza podría alcanzar a 4.8 millones de personas.

El pueblo no está “feliz, feliz” y por supuesto que a nadie le cayó “como anillo al dedo” la pandemia. Es urgente que el Gobierno en turno recalcule su fallida estrategia y ponga en marcha un plan no sólo por un mejor porvenir sino para solucionar el socavón que ha dejado.

La realidad es que no “vamos hacia adelante, hacia la transformación de México” como lo señaló el titular del Ejecutivo federal, al contrario, vamos de mal en peor. Lamentablemente este Gobierno está más preocupado en amenazar a la oposición que en trabajar a favor de los ciudadanos. Es importante que el primer mandatario entienda que gobierna para todas y todos, incluso más allá de los que votaron por él.

 

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