Es inevitable que haya incertidumbre en los mercados financieros globales cuando estamos en medio de una pandemia que ya se ha extendido durante diez meses, las vacunas aún se ven lejanas y estamos ante las primeras evidencias de que los rebrotes de la enfermedad en el hemisferio norte pueden llegar a ser importantes.

Este es justo el momento en que se empiezan a notar las diferencias en las maneras de gestionar la crisis sanitaria, social y económica por parte de cada país y región. Todos son propensos al coronavirus SARS-CoV-2, pero hoy hay países mejor preparados.

Los países que en la primera ola exageraron los cuidados sanitarios y dedicaron enormes cantidades de recursos para salvar a sus ciudadanos de sus crisis, hoy tienen más posibilidades de resistir la previsible segunda ola que vendrá acompañada de la baja en las temperaturas en esta parte del mundo.

Hay países donde la solidaridad social no hace necesarias las sanciones a quien no use el cubrebocas o tome las medidas sanitarias necesarias. Hay naciones con una conciencia de grupo muy desarrollada, básicamente en muchos países del sureste asiático.

Hay países donde las multas y sanciones por no utilizar los equipos de protección necesarios funcionan como un incentivo determinante para cumplir las medidas sanitarias.

Pero están esas naciones donde, regularmente sus Gobiernos populistas, desdeñan esas medidas de protección social, ofrecen un mal ejemplo a sus seguidores y entonces están en los primeros lugares de muertes y contagios. Muchos de ellos han optado por no hacer pruebas de detección o subestimar las muertes para esconder la realidad.

Vamos camino al rebrote de la Covid-19, en combinación con la temporada de influenza, tal como Europa lo enfrenta ahora mismo, y lo hacemos con las economías en los huesos.

Los países que más pueden resistir son aquellos que no dejaron solos a sus ciudadanos, que aportaron recursos fiscales para las empresas de menor tamaño y para que los trabajadores conservaran algún ingreso.

Pero aquellos que dejaron a su suerte a la mayoría de los agentes económicos, podrían enfilarse a una condición de depresión si un rebrote obliga a un reconfinamiento.

Al final, lo que vemos en los mercados financieros, como el cambiario o los indicadores bursátiles, son termómetros de lo que los frenéticos participantes de estos mercados anticipan para la economía.

Estados Unidos tiene detenido su siguiente paquete de apoyos fiscales para sus ciudadanos, porque lo que domina el escenario es la campaña electoral. Y la suerte de ese país es el destino del mundo, en especial de naciones tan dependientes como México.

Y en medio de esa incertidumbre ante la enfermedad y la economía mundial, el Gobierno mexicano le apuesta a la división, al mantener su política de despreciar las inversiones privadas y descalificar a los que piensen diferente.

Si lo que hace falta en este momento a cualquier región del mundo para sobrevivir la difícil prueba de la Covid-19 es brindar toda la certidumbre humanamente posible, qué necesidad hay de minar las pocas salidas que tiene este país después de la pandemia.

 

                                                                                                                                                @campossuarez