Corporativo Lear
Foto: Facebook @LearCorporation Los protocolos de higiene, distanciamiento social y protección en las plantas y líneas de producción de Ciudad Juárez son parte ya de una nueva normalidad  

Los protocolos de higiene, distanciamiento social y protección en las plantas y líneas de producción de Ciudad Juárez son parte ya de una nueva normalidad que llegó para quedarse.

Una realidad que representa la transformación de prácticas y rutinas de más de 8 mil 334 empleados que, desde principios de agosto, pudieron reincorporarse a sus actividades en las maquiladoras de la ciudad fronteriza.

Y es que lo que al principio pareció una serie de prácticas preventivas para retomar la actividad en los centros de trabajo –luego del freno que impuso la pandemia de Covid-19 en nuestro país por dos mese–, ahora se perfila como una serie de medidas sostenidas a través de empresas como Yasaki, Caps Paso del Norte y la tradicional Lear.

Esta última, con una fuerza laboral de 24 mil trabajadores activos en las 10 plantas que mantienen en la entidad, por lo que el primer paso fue desinfectar por completo las instalaciones para después repartir kits de protección personal, tal como lo confirmó Óscar Alfaro, gerente de Medio Ambiente, Salud y Seguridad del Corporativo Lear.

Asimismo, detalló que como parte de los nuevos procesos enfocados en la protección del personal –con kits de cubrebocas, lentes y caretas– se mantiene la cultura de la sana distancia, así como las barreras físicas con material de acrílico que mantienen protegidas a las personas en las líneas de producción.

Durante el segundo semestre del año, gracias a la reactivación de las maquiladoras se logró detonar una aceleración económica en Ciudad Juárez, misma que no sólo benefició a los obreros de las distintas empresas del corredor industrial, sino a transportistas, vendedores y comerciantes minoristas que padecieron el confinamiento por el brote del nuevo coronavirus SARS-CoV-2.

También, las instituciones de educación superior, los centros asistenciales y de actividades no esenciales pudieron salir a flote gracias al estímulo de esta reactivación. Una que vino acompañada de nuevas normas, reglas firmes, pero mayor seguridad para los colaboradores.

 

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