José Ureña

Los miembros del gabinete de seguridad tienen varias pantallas.

Atrás, enfrente o a un lado de su escritorio principal.

En ellos desfila, en tiempo real y en formato excel, la historia de inseguridad de la república.

Cierre de calles aquí.

Bloqueos de carreteras allá.

Manifestaciones acullá.

Marchas más allá.

Protestas de tal o cual, de todo signo.

Esto lo tienen titulares de secretarías y Fiscalía: Luis Cresencio Sandoval, José Rafael Ojeda, Alfonso Durazo, Alejandro Gertz…

También en pantalla aparece el reporte de los aparatos de seguridad:

La policía vigila pero no interviene.

Los acompaña en sus marchas pero no los contiene porque en este sexenio la orden es no actuar contra inconformes de esta, esa o aquella causa.

Ellos no son miembros del Frente Nacional Anti… llamémosle Frenaaa en pos de la Plaza de la Constitución sin poder llegar a ella.

Por supuesto también hay reportes de emboscadas en tal lado, descuartizados en el otro, cadáveres en despoblados, persecución de criminales…

Capítulo aparte merecen los ataques a las fuerzas de seguridad federales y, obvio, las acciones que hacen los comandantes más cercanos para ir a rescatarlas.

YA NO HAY CAPOS

Con semejante información, no puede cerrarse la vista.

Se tiene información precisa de los muertos, las masacres, el hallazgo de cadáveres, los marinos humillados, los militares asesinados, la Guardia Nacional expulsada por doquier.

¿A qué toda esta historia?

A algo muy simple:

La instrucción superior es no ensalzar al crimen.

No dar información de los jefes de los cárteles para no engrandecerlos y conseguir lo logrado, por ejemplo, por Joaquín El Chapo Guzmán Loera.

-Don Joaquín: ¿está ahí? –preguntó el celador cuando había huido el capo del Cártel de Sinaloa del Penal del Altiplano.

Y aquí viene la noticia:

Por nada se hablará de este, ese o aquel criminal para no hacerlos paradigmas sociales.

Por eso desde el poder se subestima a El Marro, José Antonio Yépez Ortiz, un capo venido a menos.

¿Por qué?

Porque vivía del huachicol y cuando le cerraron las válvulas se le acabaron la maniobra y los ingresos.

Y sin dinero dejó de ser cuanto era.

MORENA SIN GUÍA

1.- Los militantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) están ayunos de guía y decisión.

No porque Alfonso Ramírez Cuéllar no los represente, porque no han recibido la señal hacia dónde guiar su voto en la contienda de octubre.

Mario Delgado se presenta como el candidato oficial mientras Porfirio Muñoz Ledo suma de todos lados, parte por su historial, parte por su capacidad negociadora.

No hay mucho margen.

Cuadros de ascendencia como Ricardo Monreal van con Delgado y ante esa influencia han desaparecido los demás contendientes.

Todo se decidirá cuando desde Palacio Nacional salga la orden y ponga a Morena en orden.

Pero eso no garantiza el cambio del desorden.

Y 2.- Ayer se envió un oficio a todos los gobernadores del país:

En lugar de las 11:00 horas, la cita en la Secretaría de Hacienda con su titular Arturo Herrera será a las 12:00.

De inmediato se empezó a especular si asistirá el Presidente, pero el Presidente no quiere saber de los gobernadores y menos de demanda de dinero.

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