El Papa Francisco rindió tributo el miércoles a un sacerdote italiano asesinado por un inmigrante que sufría una enfermedad mental, mientras que el político ultraderechista Matteo Salvini pidió una “vendetta“.

El padre Roberto Malgesini, de 51 años, que cuidaba a inmigrantes y otras personas necesitadas en la ciudad norteña de Como, fue hallado muerto con una puñalada al exterior de su residencia en la mañana del martes.

Un inmigrante tunecino que, según la policía, tiene una enfermedad mental, se entregó más tarde a las autoridades.

Al término de su audiencia general semanal, Francisco dijo que Malgesini murió a manos “de una persona necesitada a la que estaba ayudando, una persona que estaba mentalmente enferma”.

El religioso argentino alabó el “martirio de este testigo de la caridad hacia los más pobres (y de) todos los sacerdotes, monjas y laicos que trabajan con personas necesitadas que son descartadas por la sociedad”.

Salvini, líder del partido antiinmigración Liga y exministro de Justicia que ya había chocado antes con el Papa en asuntos migratorios, mencionó al cura en un mitin político en el norte de Italia en la mañana del miércoles.

“El hecho de que ayer en la mañana en Como un pastor fue apuñalado por un inmigrante que debería haber sido expulsado es algo que debería hacer que todos pidan venganza”, dijo en el mitin, según la agencia de noticias italiana Ansa.

Nicola Frantoianni, del partido Izquierda Italiana, acusó a Salvini de explotar “de forma miserable” la muerte del sacerdote para “inyectar más veneno en las venas de la sociedad italiana”.