Esta semana habrá mayor información económica en México, en donde destacan algunos datos como la inflación al mes de agosto, consumo privado e inversión fija bruta a junio, la producción industrial a julio y en especial, los criterios de Política Económica 2021 por parte del Gobierno federal, en el que anunciará un Plan de reactivación económica y sobre todo los estimados del PIB de la economía, inflación, tipo de cambio, tasas de interés, cuenta corriente, déficit fiscal, entre los principales.

En los pre-criterios para 2021 dados a conocer a principio del presente año, el estimado de crecimiento de la economía oscilaba entre 1.5% y 3.5%, la inflación estimada en 3.2%, el tipo de cambio promedio y final del periodo en $21.40 – $21.30, tasas nominales de fin de periodo en 5.8% (hoy ya en 4.50% anual), cuenta corriente de -1.4%, con un PIB de Estados Unidos en +2.4% anual (previo al Covid-19), el precio promedio de la mezcla mexicana en 30 dólares.

La película será diferente, porque estos datos implicaban el inicio de algo desconocido, el Covid-19 sobre la economía mexicana y economía mundial en este 2020 y todas sus implicaciones futuras.

En la semana recién concluida, el desempeño de los mercados en México fue mixto. La Bolsa registró un ajuste semanal de 3.56%, acumulando en el año una caída de 16.29% nominal y de 26.52% medido en términos de dólares.

Normalmente, el mercado accionario anticipa expectativas y posibles nuevos catalizadores que pudieran inyectarle optimismo y demanda al mercado. En esta ocasión, las señales hasta el momento, muestran debilidad y poco optimismo por el desempeño futuro de las condiciones económicas y escenarios para las empresas.

Es por ello, que estaremos atentos a conocer primero, los estimados para la economía hacia 2021 y 2022 en materia de crecimiento económico y el seguimiento a estimados de variables como la cuenta corriente, el déficit fiscal, la deuda pública que al final estarán incidiendo en el mediano plazo sobre el tipo de cambio peso – dólar.

Hoy, el peso mexicano ha logrado recuperar terreno desde niveles de $25.75 hasta $21.53 con el que concluyó el viernes pasado. En el año, aun así, registra una depreciación de 13.93%. Esta recuperación en lo general, se ha vinculado a cierta debilidad del dólar a nivel global.

Sin embargo, vamos viendo poco a poco que el índice dólar empieza a responder al alza sobre su línea de tendencia de 2011 a la fecha y eso, podría ir limitando apreciaciones futuras más significativas para nuestro peso. Nuestros estimados de piso se ubican entre $21.60 y $21.30 donde se encuentra actualmente y un cierre de año por arriba de los $23.00.

Será interesante el manejo estimado del presupuesto en materia de ingresos y gastos. Por un lado, con los riesgos de una mayor recaudación ante una recesión de la economía, una menor demanda que afectará la recaudación de ISR, IVA y IEPS, además de ingresos relacionados al petróleo. El Gobierno confirmó que no habrá nuevos impuestos. Será interesante conocer el plan del Gobierno hacia Pemex y CFE.

El gasto será austero como se ha comentado, pero qué sucederá con el nivel de deuda, que por cuestiones propias de caídas del valor del PIB, en automático la deuda / PIB se está viendo presionada al alza.

Vendrán elecciones intermedias, donde la crisis económica, de salud y de inseguridad, seguirán siendo un termómetro que poco a poco está llegando a más familias.

En cuanto a la inflación, instituciones como Banorte y Citibanamex, estiman que el dato al cierre de agosto alcanzará un rango entre 4.02 y 4.07% anual, que estaría ya por arriba del objetivo de Banxico. En su caso, esperaríamos que hiciera una pausa en su ajuste en la tasa de interés en su próxima decisión de política monetaria, hasta no tener la certeza de que la inflación es totalmente transitoria.

                                                                                                                                                    @1ahuerta