Martha Hilda González Calderón

¿Porque algunos países, especialmente de Europa del Norte, se distinguen por el avance de las mujeres en distintos sectores? Además de ofrecer servicios públicos gratuitos a toda la población, elevados índices de inclusión social y destacar en los cuidados a personas de la tercera edad; las trabajadoras de los países nórdicos perciben avances en igualdad salarial, acceso equitativo al mercado laboral y seguridad en el trabajo.

Sin embargo, el Foro Económico Mundial establece que no hay ningún país en donde las mujeres puedan estar completamente a salvo de las violencias, de las discriminaciones u hostigamientos. Señala que a nivel mundial, las mujeres solo disfrutan de tres cuartas partes de los derechos laborales que deberían ser para todos y todas. En Medio Oriente y África del Norte, la situación es aún más delicada, pues ellas solo disfrutan la mitad de estos derechos.

La historia del avance en la agenda de género en los países nórdicos, ha sido un tejido de luchas que en diferentes momentos se han librado, decidida y duramente. Es una combinación de distintos elementos en donde podríamos enumerar los altos niveles educativos, la unión y solidaridad entre mujeres que se alían para la conquista de sus derechos y que ha llevado a algunas de ellas, a ser elegidas para gobernar dichos países e introducir en sus agendas temas con perspectiva de género.

El empoderamiento de las mujeres nórdicas ha sido de tal magnitud que, desde el exterior, se perciben como países de mujeres fuertes, pues han tenido la valentía de confrontar al poder patriarcal o han dedicado su actividad profesional de tal manera, que han ganado reconocimientos internacionales. Son estos países los que ocupan los primeros lugares en muchos indicadores, pero sin duda, el que más llama la atención, es que los países escandinavos están considerados entre los más felices.

El 24 de octubre de 1975 en Islandia, los hombres tuvieron que llevarse a sus hijos al trabajo. Las crónicas de la época señalan que se escuchaba el griterío de niños en la radio, porque los locutores los tenían en las cabinas radiofónicas. Madres e hijas, cuidadoras por excelencia, se habían declarado en huelga para que la sociedad islandesa supiera lo que era un día sin mujeres.

¿Por qué dejas que tu mujer aúlle así en esa manifestación? Yo nunca dejaría que la mía hiciera algo así” —preguntaba un hombre islandés a otro, cuando escuchaban a una oradora en la huelga de mujeres. El aludido replicó: “seguramente mi esposa nunca se casaría con alguien que pensara como tú”.

Esta manifestación tendría como consecuencia que cinco años después, Vigdis Finnbogadottir, una mujer que había criado sola a su hijo, ganara las elecciones, convirtiéndose en la primera mujer presidenta en Europa y la primera en el mundo en ser elegida democráticamente como Jefa de Estado. Cargo que ostentaría durante 16 años.

Para el año 2007, Johanna Sigurdardottir, es elegida jefa de gobierno y es la primera que, abiertamente, exhibe su matrimonio con otra mujer. Los pormenores de esta relación están narrados por su esposa, Jonina Leosdottir, en el libro “Johanna y yo”. Hasta el día de hoy, la primera ministra Katrin Jakobsdottir, de 44 años, gobierna Islandia desde el año 2017, introduciendo cambios aún más revolucionarios.

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, Islandia ocupa el primer lugar en equidad de género. Sus datos son contundentes: 82.6 por ciento de las mujeres están trabajando en diferentes sectores productivos, ocupando el 45.5 por ciento de la fuerza laboral del país. Tiene la tasa de natalidad más alta de Europa del Norte y es relevante el número de guarderías a bajo costo que permite que los niños y niñas sean atendidos. Tanto el padre como la madre pueden pedir licencia por maternidad y paternidad hasta por nueve meses y son vistos con sospecha aquellos padres que no las aprovechan.

Noruega, por su parte, ostenta varios títulos de acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas. Es considerado, el país más feliz del mundo. También es reconocido como el país con menor desigualdad económica.

En materia laboral, es la nación con más beneficios para madres trabajadoras. Lo anterior es debido a que se ha diseñado una red de guarderías que permite que el 96 por ciento de niñas y niños noruegos puedan aprovecharlas. El permiso por maternidad es de 56 semanas, percibiendo el 80 por ciento del salario y 46 semanas, recibiendo el 100 por ciento salarial. La licencia por paternidad es de tres meses.

Noruega es considerado el país de las mujeres. Y se lo ha ganado por que además de la primera ministra, la conservadora Ema Solberg, también son mujeres las titulares de los ministerios de Relaciones Exteriores, Finanzas y la presidenta del Parlamento noruego.

Dos noruegas han ganado el premio nobel: en 1928, Sigfrid Undset, en literatura y en 2014, May-Britt Moser, en medicina.

Desde 1970, en Noruega se aprobó la ley de igualdad de género. El 42 por ciento de las empresas noruegas son dirigidas por mujeres. La población tiene muy enraizado el “dugnad”, el profundo sentido cívico de los ciudadanos, en donde honran una tradición milenaria de trabajo voluntario, no remunerado, realizado en grupo.

Para muchos, uno de los referentes de Suecia es que es el país donde surgió el grupo ABBA. Pero es más que eso: es la sociedad ideal para los artistas, hombres y mujeres. Es la nación que más música exporta per cápita. Las niñas y niños suecos inician su formación musical desde que son muy pequeños.

En este país, la iglesia luterana evita referirse a Dios en masculino porque, advierte, no se le puede encasillar en las restricciones de género. Es la tierra de Greta Thumberg, la joven de 16 años que encabezó la mayor protesta de la historia contra el cambio climático.

En 1982, la diplomática sueca Alva Myrdal, ganó el premio nobel de la paz junto con el diplomático mexicano Alfonso García Robles, por “su magnífico trabajo en las negociaciones de desarme de las Naciones Unidas”, como señaló el jurado calificador

En este país nórdico, desde hace veinte años, se aplica una ley contra la trata y la prostitución que penaliza al cliente y considera a la mujer como víctima, parte de los logros alcanzados por las mujeres suecas.

Fue el único país que elegantemente respondió a Trump, cuando éste se fotografió solo entre hombres, firmando una orden que afectaba a las mujeres americanas. La viceprimera ministra sueca, Isabelle Lovin, apareció días después, rodeada de siete mujeres pertenecientes al gabinete sueco, en una foto similar, firmando una iniciativa para terminar las emisiones de efecto invernadero en Suecia. Una imagen que rápidamente dio la vuelta al mundo y recibió el aplauso de los grupos feministas que se manifestaban en Estados Unidos.

No es sorpresa que Suecia sea uno de los países con mayor representación política femenina en el parlamento. Lo sorprendente es que sea Ruanda, país africano que, después de un trágico genocidio, sea considerado el país con la mayor participación política femenina en el mundo. Aun mayor, que Suecia.

Las mujeres nórdicas destacan en el contexto mundial por que junto con los varones, construyen su propia historia, imprimiéndole su visión y en muchos temas, tomando la delantera. A cada una de las políticas públicas, se les aplica la perspectiva de género y eso les ha dado espléndidos resultados. Temas como mayor educación, igualdad salarial y empoderamiento femenino son algunos de los elementos para tener mujeres más fuertes y quizás, países más felices.

                                                                                                                           

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