Un tribunal gallego ordenó ayer a los herederos de Francisco Franco la devolución al Estado español del Pazo de Meirás, la que fuera residencia de verano del dictador en Galicia, al considerar que no fue un regalo a título personal sino al jefe del Estado.

“El Juzgado de Primera Instancia número 1 de A Coruña (…) condena a la familia Franco a la devolución del inmueble sin ser indemnizada por los gastos en los que afirma haber incurrido para el mantenimiento de la propiedad”, sentenció.

El legado de Franco, que desató una guerra civil que causó la muerte de unas 500 mil personas entre 1936 y 1939 y gobernó España hasta su muerte, en 1975, continúa polarizando al país.

El año pasado, el Gobierno retiró los restos del exdictador del imponente mausoleo estatal del Valle de los Caídos y los trasladó a un pequeño cementerio privado, afirmando que acababa con un anacronismo único en Europa, pero una parte de la sociedad reprochó al Ejecutivo por reabrir heridas.

El pazo, construido entre 1893 y 1907, fue propiedad de la familia de la escritora Emilia Pardo Bazán, cuyos herederos lo vendieron en 1938 a la Junta pro-Pazo, entidad profranquista que la donó a Franco tras sufragar la compra con una colecta pública, que en algunos casos fue obligatoria.

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