FOTO: REUTERS Más de mil soldados de la Guardia Nacional ya estaban en la zona, muchos trasladados desde estados aledaños, y se mantenían atentos a las manifestaciones  

Organizadores del movimiento “Black Lives Matter en Kenosha, Wisconsin, planeaban una multitudinaria marcha y un mitin para el sábado, bajo la presencia de unidades de refuerzo de la Guardia Nacional para evitar nuevos brotes de violencia en la convulsionada ciudad de Estados Unidos.

La tensión prevalecía en el ambiente desde la noche previa en la zona centro que rodea la corte y el parque del corazón de la ciudad, donde se están realizando las marchas en favor de Jacob Blake Jr, un hombre negro que recibió disparos en la espalda el domingo a manos de un oficial de policía blanco.

Los disparos contra Blake, que ocurrieron frente a sus tres hijos, convirtieron a la ciudad con población mayoritariamente blanca en el último centro de las protestas de este verano boreal en Estados Unidos contra la brutalidad policial y el racismo.

Blake, de 29 años, sobrevivió al tiroteo pero quedó paralizado de la cintura hacia abajo.

El enojo por el violento incidente, que fue capturado en video y se volvió viral en las redes sociales, dio paso a escaramuzas y enfrentamientos con la policía, que respondió a los manifestantes arrojando gas lacrimógeno y disparando balas de goma. Dos personas murieron en un incidente con armas el martes por la noche.

Los disturbios han sacudido a Kenosha, donde manifestantes pintaron mensajes de unidad el sábado en tablones para proteger locales comerciales, después de que varios negocios fueron incendiados durante una ola de vandalismo.

“Ha llegado al punto en que no salgo después de cierta hora, después de que oscurece. Quien sabe si entre la multitud no hay alguien que quiera matar a personas negras”, dijo Macari Gosa, un residente de Kenosha de 27 años que trabaja en una tienda de abarrotes.

El martes por la noche, tres manifestantes blancos recibieron disparos -dos de ellos fallecidos- de un adolescente caucásico armado con un rifle semiautomático.

Desde mediados de la semana, mientras el gobernador de Wisconsin desplegaba tropas adicionales de la Guardia Nacional para ayudar a los efectivos locales a restaurar el orden, los disturbios han disminuido en Kenosha, situada unos 65 kilómetros al sur de Milwaukee, a orillas del Lago Michigan.

El viernes, más de mil soldados de la Guardia Nacional ya estaban en la zona, muchos trasladados desde estados aledaños, y se mantenían atentos a las manifestaciones y protestas planificadas por activistas para este fin de semana, a contar el sábado por la tarde.

TFA