Foto: Cuartoscuro Comentaron que si bien se espera una recuperación debido al relajamiento de las medidas de confinamiento, esta será gradual y prolongada  

La recuperación económica en México dependerá de la contención de la pandemia o que exista una vacuna contra el coronavirus, pero podrían pasar de dos a seis años para que el Producto Interno Bruto (PIB) nacional regrese a su nivel observado en 2018, consideró el Banco de México (Banxico).

A través de la minuta de su última decisión de política monetaria, correspondiente al 13 de agosto de 2020, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico destacó la incertidumbre sobre la recuperación económica.

Algunos comentaron que si bien se espera una recuperación debido al relajamiento de las medidas de confinamiento, esta será gradual y prolongada. Incluso, otro integrante señaló que la actividad económica se mantendrá deprimida por un largo periodo, con una afectación mayor sobre el mercado laboral.

Resaltó que, ante una recesión de una magnitud no vista en 88 años, todavía no se vislumbra un patrón de recuperación, mientras que diversos escenarios sugieren un periodo de entre dos y hasta seis años para que el PIB regrese al nivel observado en 2018.

Entre los riesgos para el crecimiento, algunos miembros mencionaron la posibilidad de que se prolonguen las afectaciones en la producción de bienes y servicios, así como en los ingresos de empresas y hogares.

Además, uno agregó que las presiones en los ingresos públicos podrían afectar las perspectivas del riesgo soberano y que problemas de solvencia en hogares y empresas podrían presionar la estabilidad del sistema financiero.

Por su parte, un miembro subrayó que los riesgos mencionados se acentúan en virtud del modesto apoyo de la política fiscal y agregó que ante la posibilidad de un rebrote de casos de Covid-19, no puede descartarse un nuevo episodio de contracción.

Otro mencionó que el grado de fragilidad de la recuperación es alto si se considera el daño de mediano y largo plazos sobre las empresas y la inversión, misma que ya se encontraba afectada antes del surgimiento de la crisis sanitaria.

Algunos mencionaron la presencia de un entorno de políticas públicas poco propicio para estimular la inversión privada y la ausencia de una política fiscal contracíclica para apoyar al sector productivo. Al respecto, un integrante alertó que lo anterior no solamente priva de este soporte a la recuperación, sino que también incrementa la posibilidad de daños más duraderos al aparato productivo.

Señaló que las implicaciones para el crecimiento potencial pueden ser considerables, sobre todo al tomar en cuenta la contracción de la inversión, que cayó 16% de julio de 2018 a marzo de este año y 32% adicional en los siguientes dos meses, y la necesidad de poner en marcha un conjunto de acciones enfocadas en incrementar la productividad

Por otro lado, en la minuta de la decisión de política monetaria se dio a conocer que la subgobernadora Irene Espinosa Cantellano votó a favor de reducir la tasa de interés en 25 puntos base, para ubicarla en un nivel de 4.75%.

 

DAMG