Foto: Reuters Las protestas en el estado del norte de EU se desataron luego que, el domingo, Blake, que trataba de separar a dos mujeres que peleaban, fue alcanzado por cuatro de siete disparos de un solo oficial y a la vista de sus tres hijos.  

Ayer, durante el segundo día de la Convención Nacional Republicana para apuntalar a Donald Trump como el candidato presidencial, quien busca reelegirse en noviembre, las protestas raciales por el ataque en contra de un hombre afroamericano prevalecían con su propia retórica, muy diferente a la que promovían los republicanos.

La familia del hombre negro baleado por la policía en Kenosha, en el estado de Wisconsin, realizó una emotiva defensa del valor de la vida de su hijo y pidió el fin de las violentas protestas en la ciudad.

“Le dispararon a mi hijo siete veces. ¡Siete veces! Como si no importara”, dijo Jacob Blake Sr., mientras su voz se desmoronaba de emoción en una conferencia de prensa tras los disparos del domingo contra su hijo de 29 años, “mi hijo importa”.

La conferencia de prensa fue convocada por los abogados de la familia, mientras funcionarios estatales y locales se preparaban para una tercera noche de disturbios después del encuentro de Jacob Blake Jr. con la Policía, en el que le dispararon a quemarropa.

Más temprano, el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, declaró el estado de emergencia y dijo que desplegaría más tropas de la Guardia Nacional del estado para contrarrestar a los saqueadores y pirómanos que habían causado daños generalizados a edificios públicos y empresas durante la noche.

Los abogados dijeron que Blake estaba paralizado de cintura para abajo -posiblemente de forma permanente-, tenía agujeros en el estómago, sufría daños en el riñón y el hígado y necesitaría que le quitaran todo el colon y el intestino delgado.

Julia Jackson, la madre de Jacob, hizo un emotivo llamamiento a la unidad, diciendo que estaba rezando por los oficiales, y se mostró decepcionada por los daños en la ciudad.

Los suyos ensalzan al Presidente

Mientras las protestas raciales se desarrollaban en las calles, el evento virtual republicano se desarrolló sin problemas con simbolismos como la naturalización de cinco ciudadanos originarios de otros países, como Bolivia y Líbano.

Policías hablaban de fuerzas radicales a las que se debían combatir; los hijos de Trump acusaban al “socialista” de Joe Biden y criticaban su falta de experiencia en el terreno empresarial.

La primera dama, Melania Trump, habló a favor de la reelección del presidente y el secretario de Estado, Mike Pompeo, rompió la tradición que desincentiva la actividad política partidista del máximo diplomático del país.

Los republicanos insistieron en un panorama desolador si el demócrata Joe Biden gana la elección del 3 de noviembre.

En tanto, los demócratas señalan que los partidarios de Trump infunden miedo
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