Foto: Reuters Florian Mehler vio a su novia por última vez a finales de enero, cuando ella dejó Alemania para viajar a su nativo Brasil  

Florian Mehler vio a su novia por última vez a finales de enero, cuando ella dejó Alemania para viajar a su nativo Brasil. Sus planes para reunirse con Renata Alves a finales de marzo se desvanecieron cuando las fronteras se cerraron de golpe a medida que la pandemia de coronavirus se propagaba por todo el mundo.

“Hablamos por FaceTime todos los días. Pero eso es sólo virtual”, dijo Mehler, de 41 años, en una entrevista en su casa en Wiesloch, cerca de Fráncfort.

“No podemos abrazarnos. No podemos besarnos. No podemos despertarnos juntos, tomar
un café juntos, ir a la ciudad juntos”, agregó.

Después de conocerse en línea hace un año, Alves visitó a Mehler en Alemania dos veces y él voló a verla en Brasil una vez. Ella tiene los documentos necesarios para mudarse al país europeo y buscar trabajo.

La semana pasada Brasil reabrió los viajes aéreos internacionales a todos los turistas extranjeros con un seguro de salud que cubra su visita, incluso cuando el brote de coronavirus en el país es el segundo peor del mundo.

Alemania tiene una advertencia de viaje vigente para la mayoría de los países, incluido Brasil, lo que significa que el seguro de salud y la cancelación no sirven para viajar allí.

Además, la mayoría de las fronteras de la Unión Europea están cerradas a los viajeros que no pertenezcan a la UE, a menos que sean trabajadores esenciales o estén casados con un residente del bloque.

Así que Alves le envía besos por la pantalla a Mehler desde la pantalla de su tablet y él le dice cuánto 2la extraña. Los domingos a veces hacen caminatas virtuales al aire libre juntos.

“Lo peor es que no sabemos cuándo nos veremos porque las fronteras siguen cerradas”, dijo Mehler.

En las redes sociales, las parejas separadas han estado presionando bajo los hashtags #LoveIsEssential (el amor es esencial) y #LoveIsNotTourism (el amor no es turismo) para que los gobiernos les permitan volver a reunirse.

Algunos países europeos, como Austria, Noruega y Dinamarca, han encabezado el pedido,
introduciendo “visas de amor”, que eximen a las parejas de la prohibición de viajar.

 

CS