Carol Arriaga

 

El 22 de julio los diputados eligieron a Norma Cruz, Carla Humphrey, José Faz y Uuc-Kib Espadas como consejeros electorales.

Hasta hoy, es lo más cercano a un Consejo paritario. Sin embargo, entre los siete los consejeros del Legislativo sólo hay dos diputadas (aunque sean casi 50-50) y de los siete representantes de los partidos políticos, únicamente hay una mujer. La presidencia y la secretaría ejecutiva del Consejo siguen recayendo en hombres.

No se trata de una casualidad o de capacidades, sino de estereotipos y falta de oportunidades. Aunque hubo un avance, la preponderancia masculina continúa.

En esa selección, la Cámara demostró compromiso, dado su actuar consensuado y urgente, durante el receso constitucional, sino a pesar de las restricciones sanitarias.

El actuar prioritario del Poder Legislativo, fue observado por el presidente López Obrador, pues contrastó con su omisión para abordar dos asuntos de gran interés para el Gobierno: la extinción de diversos fideicomisos que funcionan en opacidad y cuyo marco jurídico permite el mal uso de recursos públicos, y la reforma a la Ley de Adquisiciones para permitir la compra de insumos médicos esenciales en el extranjero.

Ciertamente, la Cámara baja dejó ver que hay más interés en temas electorales que en fijar reglas en pro de la transparencia y uso racional de los recursos públicos.

No obstante, el consenso entre las y los diputados indica que Morena y sus aliados, a pesar de ser mayoría, no impusieron perfiles con compromisos partidistas que les beneficien. Si bien, las y los nuevos consejeros han tenido alguna relación con actores políticos importantes, esto no puede traducirse en un compromiso con el partido de la 4aT, al contrario, prevaleció la congruencia.

Por ejemplo, el yucateco Espadas, quien se ha manifestado porque su salario como consejero sea menor al del Presidente de la República, conforme al artículo 127 constitucional, ha sido un severo crítico del Lic. López Obrador.

El INE se enfrentará a tres grandes desafíos en época de pandemia:

  1. Lograr la austeridad republicana. Es vergonzoso el costo de nuestro sistema electoral.
  2. Establecer reglas para lograr la paridad, prevenir y atender la violencia política contra las mujeres. Se apoya en el discurso, pero se obstruye su realización.
  3. Vinculación con la FGR para denunciar el delito grave de uso de los programas sociales con fines electorales. Recordemos el Monexgate y las tarjetas Soriana en el 2012.

Difícilmente podrán realizarse actos masivos, el proceso deberá ajustarse a la nueva normalidad; y habrá que asegurar la participación de la población vulnerable y la implementación del voto electrónico ¿virtual?

La Sala Superior ya fijó algunos criterios para conciliar el derecho a la salud y los procesos democráticos. Se requiere experiencia, creatividad, una operación técnica pulcra y mucha firmeza para hacer de los principios una realidad.

 

                                                                                                                                          @CarolBArriaga