Pudo haber pasado a la historia como el monarca que llevó a su país, España, del oscurantismo que fue la dictadura franquista a la luz de una democracia hoy más vigente que nunca. En su ocaso, el rey emérito Juan Carlos I se ha visto obligado a abandonar su propia patria, perseguido por un novelesco escándalo de corrupción.

 

La noticia dio la vuelta al mundo. El pasado lunes, Juan Carlos de Borbón anunció en una carta dirigida a su hijo, el Rey Felipe VI, que, en “un afán de servicio”, se iría de España “ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada”.

 

Los actos de corrupción que lo rodean no son menores. El ex Jefe de Estado español es actualmente investigado por la justicia de Suiza y de su país por haber presuntamente recibido 100 millones de dólares de Arabia Saudita, monto que habría sido transferido a la nación helvética vía estructuras fiscales con sede en Panamá.

 

Se trata de un complejo entramado vinculado a una serie de contratos para la construcción de un tren de alta velocidad en el desierto saudí, de donde habría salido esta “comisión” que fue revelada en 2018, tras las indiscreciones de su entonces amante, Corinna Larsen.

 

Vaya vida la de Juan Carlos I. Nacido en enero de 1938 en Roma, cuando su abuelo, el rey Alfonso XIII, y el resto de la familia real se encontraban exiliados en la capital italiana. Cuatro años después, radicó en Lausana, Suiza, para posteriormente, en 1946, instalarse en Estoril, Portugal.

 

La historia sugiere que el joven Juan Carlos habría acabado, de manera accidental, con la vida de su hermano Alfonso, quien recibió un disparo en la cabeza al jugar con un arma. Pasados los años, fue acogido por el propio Franco en España para recibir su educación con miras a suceder al dictador. Cuando esto ocurrió, en 1975, asumió la jefatura de Estado e inició uno de los procesos más visionarios en materia de transición democrática.

 

A Juan Carlos se le debe la erradicación del franquismo y el advenimiento de personajes como Adolfo Suárez, constructor de la España moderna a través de, entre otros legados, la adopción de una nueva Constitución que dio surgimiento a un Estado democrático en el que todas las corrientes políticas tuvieron y han tenido cabida.

 

La debacle del Rey Juan Carlos data de años atrás y ha estado acompañada de escándalos personales y familiares. Su yerno, Iñaki Urdangarin, se encuentra tras las rejas, condenado a cinco años de prisión por el delito de corrupción.

 

Muchas fueron las contribuciones de este personaje a España. Su papel fue fundamental en la preservación de la paz ante el intento de golpe de Estado en 1981. Fue un incansable promotor de su país y acompañó los esfuerzos por insertar a la antigua nación ibérica en la vanguardia europea y como modelo global de crecimiento.

 

La historia se encargará de ubicarlo en el lugar que le corresponda. Promotor de la democracia, estadista, frívolo o transgresor de la ley. Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilia vive, exiliado, el ocaso de su reinado.

 

Segundo tercio. Con una visión moderna y una sólida formación académica, el rey Felipe VI enfrenta el reto de mantener vivos los fundamentos de la monarquía española y consolidarse como el árbitro de las instituciones en un país complejo para gobernar.

 

Tercer tercio. Juan Carlos habría salido vía terrestre de España para dirigirse a Portugal y de ahí a República Dominicana.

 

                                                                                                                                                   @EdelRio70