La joven potosina, Angie Hernández, sobrevivió ayer a la explosión ocurrida en el puerto de la capital libanesa, Beirut, luego de quedar varada en el tráfico camino a su casa; el saldo fatídico del estallido es de al menos 135 muertos, 5 mil heridos y cientos de desaparecidos.

“Se nos taparon los oídos, primero no se veía nada, después ya solo eran vidrios, polvo, gente ensangrentada y edificios dañados, personas llevando a los heridos en motos o como fuera hacia los hospitales, fue lo más horrible que me haya pasado, parecía que estábamos en zona de guerra (…) hacia donde voltearas era lo que veías, tardamos más de dos horas en poder salir; tengo que agradecer a Dios que nos quedamos atorados en el tráfico por cinco minutos, por eso no avanzamos más hacia la zona, de lo contrario creo que no lo estuviera contando”, narró en entrevista exclusiva con Agencia Quadratín San Luis Potosí.

Un día después de la explosión en el puerto, no solo se respira muerte y desolación, sino incertidumbre entre la comunidad libanesa, que de por sí vivía tiempos complicados debido a la pandemia de Covid 19 y el desplome económico por la caída de la libra, que ya perdió 25% de su valor frente al dólar y esto ha desatado graves conflictos sociales y políticos.

A 40 minutos de donde habita Angie, corporaciones de todos los niveles siguen trabajando a marchas forzadas para rescatar con vida a la mayor cantidad de víctimas posibles de entre los escombros; pese al devastador escenario, las autoridades libanesas atribuyen lo ocurrido a un accidente y descartan la versión de un ataque terrorista, perpetrado por el Estado de Israel.

“La ciudad se siente triste, con tensión, vas al supermercado o a la tienda y ves a las personas con sus caras tristes, fue impresionante, nunca había estado en algo así, las imágenes que vi siguen en mi cabeza, no lo he podido asimilar, fue demasiado fuerte; también para uno de mis amigos, que es originario de aquí, ellos han vivido muchas guerras y se puso súper mal, lo primero en que piensan es que volverán los conflictos otra vez (…) Líbano está muy, muy herido”, compartió la joven, que tiene su domicilio cerca de avenida Pedro Moreno, en la capital potosina.

NECESITAN VOLVER A CASA

Las complicaciones financieras en El Líbano complican más el regreso de Angie Hernández y sus compañeros, dedicados todos a la danza y con poco recurso económico; a pesar de que autoridades mexicanas ya establecieron contacto con ellos para saber en qué condiciones se encuentran, desconocen si habrá algún tipo de apoyo para poder adquirir su boleto de avión y volver a casa.

“Estamos bastante lejos, pensando en qué podemos hacer para poder regresar, claro que las personas con quienes venimos nos han ayudado mucho, cuando íbamos a empezar un proyecto de baile llegó el Covid y tuvimos que quedarnos, luego ocurre el problema del dólar y ahora esto (…) nadie tiene dinero, está muy difícil y estamos preocupados, aunque tranquilos porque somos afortunados de estar vivos”.

Su llamado a las autoridades de México y San Luis Potosí es desesperado, y ahora solo espera dejar atrás este capítulo de horror que ha venido a suspender aun mas los planes de la joven en aquel país del Oriente Medio: “Ojalá que alguien nos escuche y puedan apoyar para tener un boleto de regreso”.

El mensaje final de Angie es para su familia y amigos, que de inmediato se preocuparon por ella y comenzaron a llamarle; “Solo decirles que estoy bien, gracias a Dios nos detuvo el tráfico y creo que eso nos salvó la vida, gracias a Dios, porque creo que sobrevivimos por minutos”, concluye.

Con información de Quadratin